Retorno a los mercados de deuda

El Sultanato, que no es grado de inversión para ninguna de las tres principales agencias de calificación, vio como en 2020, tanto su déficit como su deuda pública aumentaron sustancialmente, situándose el primero en un 18,7% del PIB, el más elevado de todos los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo. Por su parte, la deuda pública, cuyo crecimiento fue también muy notable, se situó en el año que acaba de concluir en un elevado 81,5% del PIB. Las autoridades ya han anunciado algunas medidas para tratar de reducir el déficit fiscal hasta niveles más aceptables, entre las que destacan la introducción a lo largo de 2021 de un IVA a un tipo del 5% así como un recorte de las subvenciones. Este hecho pero, sobre todo, la incesante búsqueda por parte de los inversores de rentabilidades decentes en el actual entorno de tipos de interés ultra bajos, ha motivado que esta última emisión registrara una acogida bastante favorable. Se estima que en 2021 Omán tendrá unas necesidades de financiación superiores a los 4.000 mill.$ para cubrir sus desequilibrios fiscales, por lo que no hay que descartar que en los próximos meses se produzcan nuevas emisiones, que estarán fundamentalmente denominadas en dólares para tratar de aprovechar los bajísimos costes de financiación en vigor actualmente.