03 dic 2018

Puntos básicos de un plan de negocios

Muchos emprendedores/as consideran muy complicado realizar el plan de negocios que toda empresa que recién comienza debe poseer. Pero en realidad es más sencillo de lo que al inicio puede parecer. Resulta evidente que cada tipo de sociedad requerirá de un plan diferente. Pero todo documento debe contar con una serie de puntos básicos que son los que se detallan a continuación.

El sentido de la empresa

Este apartado, también llamado estructura ideológica, es en realidad el alma de la empresa. El sentido de su mera existencia. Por eso, en él se deben incluir aspectos fundamentales como la idea de negocio y los objetivos que se quieren alcanzar, ya que hablamos de la tarjeta de presentación de la compañía para los inversores.

Con esta idea, esta primera parte del plan de empresa debe contener el nombre de la compañía, misión, descripción del negocio, valor diferencial frente al resto de rivales, y visión del negocio. Conviene detenerse en este último aspecto. La visión del negocio es la propia imagen de la firma en el futuro. Debe ser realista, clara, sencilla y alcanzable.

Dentro de la estructura ideológica también se debe hablar de los valores de la empresa. Es decir, de la propia cultura empresarial, donde se han de detallar la reglas sobre las que se mueve todo el negocio tanto hacia dentro como hacia fuera (con los proveedores, clientes, sociedad, etc.).

Radiografía del mercado

Un plan de negocios debe incluir un apartado en el que se detalle el entorno en el que el negocio va a moverse. De ahí que sea necesario realizar una radiografía del mercado y de la competencia. Este análisis no debe limitarse a hacer una foto fija del momento, sino que es imprescindible que abarque un periodo de tiempo de al menos un año.

El estudio, por tanto, está obligado a contener los movimientos y estrategias que los rivales han realizado para adaptarse a la cambiante demanda del público objetivo durante los últimos 365 días. Solo así se podrá conocer si la idea de negocio que se tiene en mente es viable y cuenta con opciones de hacerse con un hueco en el mercado. Cuantos más aspectos sobre la competencia se analicen en esta radiografía del mercado, mejor.

Pero como punto de partida el estudio tiene que destacar las fortalezas del negocio propio, las oportunidades que da el mercado, las debilidades de nuestro propio negocio, las amenazas que pueden suponer movimientos de firmas rivales. El clásico análisis DAFO. En cuanto al público, el estudio debe enfocarse en describir el tipo de cliente de la compañía, edad, hábitos, costumbres, y datos demográficos.

Estructura y estrategia de ventas

Una vez que el estudio de mercado ha desvelado dónde están las oportunidades y el público al que se va dirigido, llega el momento de preparar la empresa con un plan de ventas y marketing que garantice unos ingresos que permitan la supervivencia del negocio.

Con esta idea, hay que elaborar un documento en el que se detalle el precio del producto o servicio que se va a ofrecer, planes de financiación (si los hay) para los clientes, número de vendedores y perfil que se requiere en los primeros meses de lanzamiento de la compañía y, también los canales de distribución del producto.

Conviene recordar que el plan de empresa no es un documento estático, sino que debe adaptarse a los cambios que tengan lugar en el mercado o en la sociedad. En cuanto al marketing, el citado plan ha de contener los canales de comunicación que la empresa utilizará para darse a conocer y las campañas de publicidad.

Resulta evidente que en estos tiempos que corren el aspecto del canal digital es de obligado cumplimiento para toda compañía, por lo que es imprescindible que la estrategia comercial a utilizar también contenga al mundo online.

Estructura financiera

Este aspecto del plan es capital ya que será el que más tendrán en cuenta los posibles inversores. También resulta la pata más compleja de realizar del documento, ya que aporta información valiosa acerca de la viabilidad de la compañía. Pero como aspectos básicos en toda estructura financiera de una pyme, o del propio negocio de un autónomo, hay que incluir: la proyección de los resultados a tres años donde aparecerán las unidades que se venderán, el precio, el coste fijo y variable, impuestos, etc.

También hay que hacer un balance general con una proyección a tres años que ha de contener el capital, mobiliario y demás activos que posee la empresa y cómo es el sistema de financiación. Tesorería y punto de equilibrio son otros aspectos que pertenecen a la estructura financiera. Por último, hay que realizar un análisis de distintos escenarios de crecimiento para conocer el comportamiento del resto de variables en ambos contextos.

La gestión de las personas

En una empresa se deben delimitar las responsabilidades de los socios. Solo así se evitarán problemas futuros (relevos generacionales, ventas de participaciones, etc.) que son los que suelen acabar con la existencia de la mayoría de grandes negocios familiares.

Además, hay que organizar la estructura de recursos humanos incluyendo las necesidades de personal (presentes y futuros), así como la escala salarial e incentivos de cada puesto. También debe detallarse la predisposición que la compañía tiene para aportar a la plantilla beneficios sociales, por ejemplo.

Resumen ejecutivo

El plan de empresa debe tener una extensión de unas 30 páginas aproximadamente. Pero también ha de contener un resumen ejecutivo de unas dos páginas en el que haga un extracto del total del documento. La importancia de esta especie de presentación es máxima, ya que algunos inversores no pasan de ella cuando quieren analizar una compañía.

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