14 mar 2021

Creciendo a contracorriente

A pesar de las dificultades, el país africano registró una variación positiva del PIB (0,2%) en 2020, un hito que solo han logrado el 10% de las economías. La resistencia mayor de lo esperado se explica por la diversificación de su estructura económica, superior a los estándares africanos. 

El buen comportamiento de la agricultura y de la industria extractiva, especialmente del oro, compensaron el desplome de las exportaciones de hidrocarburos. También contribuyó positivamente el programa de estímulos fiscales del gobierno para amortiguar el impacto de las medidas que adoptaron para frenar la expansión del coronavirus. Las previsiones para el presente año son más optimistas. Las últimas estimaciones apuntan a un crecimiento del 4,7% del PIB, una cifra que podría ser, incluso, algo conservadora, teniendo en cuenta el repunte del precio del petróleo en lo que llevamos de año, un sector que representa un tercio de las ventas al exterior. En cualquier caso, se espera que Ghana registre un dinamismo superior a la media del continente africano, un comportamiento que no es nuevo. En los ejercicios anteriores a la pandemia, el país mantuvo un crecimiento anual superior al 6%, muy por encima de la media regional. Esto ha estado acompañado de un marco político estable, donde las alternancias en el poder transcurren en un contexto de normalidad, lo que ha convertido al país en un referente en el continente africano.

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