12 sep 2021

Golpe de Estado

El comandante de las fuerzas especiales, el teniente coronel Mamady Doumbouya, anunció el pasado 5 de septiembre el derrocamiento del presidente Alpha Condé. Doumbouya proclamó la disolución del gobierno y la constitución, y anunció la creación de un comité para supervisar la redacción de una nueva constitución y la restauración de la democracia.

El video compartido por los soldados involucrados en el golpe mostró a Conde aparentemente ileso en el palacio presidencial antes de ser trasladado a un lugar no revelado. Según informaciones locales, Doumbouya había sido ya amenazado con ser arrestado por planear un golpe de Estado. También había estado en conflicto con el Ministerio de Defensa por sus esfuerzos para liberar a su unidad de la supervisión ministerial. Condé, por su parte, había obtenido un tercer mandato muy controvertido en octubre de 2020 entre denuncias de irregularidades electorales. Figuras de la oposición han sido arrestadas o forzadas al exilio y grupos de derechos humanos han denunciado un autoritarismo creciente. La calma volvió a las calles tras 24h del golpe y no se espera que se produzcan grandes explosiones de violencia política. El actual golpe de estado no es una novedad en un país acostumbrado a las sonadas militares. Guinea Conakry es un país frágil en términos políticos e institucionales, que ha sufrido una larga historia de golpes de Estado, el último databa de 2011. Estados Unidos, Francia, la Unión Africana y la ONU han pedido la liberación de Conde, pero estas condenas tienen poco peso, especialmente después de los recientes golpes de Estado en Chad y Mali. Por su parte, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS), suspendió el 8 de septiembre la membresía de Guinea. Sin embargo, no ha implementado la amplia gama de sanciones económicas previstas en sus estatutos, que utilizó en reacción al golpe de Malí de 2020 o con Guinea-Bissau en 2018. A pesar del lenguaje antigolpista previsto en los protocolos de la ECOWAS, esto refleja la aversión generalizada hacia Condé entre los jefes de estado regionales, así como la sensación de que el mismo provocó el golpe con su creciente autoritarismo. EL ECOWAS envió el pasado 10 de septiembre una delegación al país para impulsar el nombramiento de un primer ministro civil y garantizar una rápida transición al orden constitucional.

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