21 feb 2021

¿Solución a la crisis?

Georgia continúa sumida en una grave crisis política que no parece tener pronta solución. El pasado 18 de febrero el primer ministro, Giorigi Gajaria, anunciaba su dimisión. 

De esta forma, trataba de condenar públicamente la orden judicial de arresto al líder del principal partido de la oposición, Nika Melia, acusado de organizar las protestas violentas contra el gobierno hace dos años. Gajaria consideraba que la detención del opositor solo iba a aumentar más la tensión en las calles, tras más de dos meses en las que las protestas no han cesado. La celebración de elecciones parlamentarias el pasado mes de octubre abrió una importante crisis en el país cuando los partidos de oposición se negaron a reconocer los resultados y rechazaron ocupar sus escaños. Tras la renuncia del mandatario, el partido en el poder ha nombrado premier al ministro de Defensa, Irakli Garibashvili, una figura que levanta tantas pasiones como recelos. Garibashvili, que ya ocupó el puesto de primer ministro de Georgia entre 2013 y 2015, saltó a la primera línea de la política tras haber hecho fortuna en Rusia. De hecho, ha declarado en muchas ocasiones que aboga por la normalización de las relaciones con el Kremlin. Recordemos que Moscú y Tiflis mantienen unas relaciones tensas tras la invasión de las tropas rusas al país caucásico en el año 2008, un conflicto por el que Georgia perdió el control del 20% de su territorio. 

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