25 abr 2021

El BCE deja las cosas como están

La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, fue tajante cuando el pasado jueves afirmó que hablar de retirada de estímulos era “simplemente prematuro”. Según señaló la francesa, aún queda un largo camino que recorrer para conseguir que la economía se recupere a pesar de las buenas perspectivas de crecimiento para el conjunto de la eurozona en el segundo trimestre.

Efectivamente, se espera que crezca un 1,3% hasta junio, tras caer en recesión en el primer trimestre. La mejora en el ritmo de vacunación en casi todos los países europeos estaría detrás de esta todavía tímida recuperación si bien el programa de compra de deuda, que el organismo inició hace ahora un año, conocido como PEPP por sus siglas en inglés, continuará en vigor hasta que los niveles de actividad retornen a la normalidad. No obstante, Lagarde ha vuelto a llamar la atención sobre la necesidad de acompañar la intervención monetaria con políticas fiscales expansivas. En este sentido, en su opinión, los Veintisiete junto a la Comisión Europea han de acelerar la tramitación del Next Generation EU, el programa de estímulo fiscal acordado por los líderes europeos en julio de 2020 y cuya aprobación por parte de algunas capitales europeas está paralizada. Conviene señalar que el mantenimiento de los estímulos monetarios resulta esencial para los Estados miembros con situaciones fiscales complejas como puede ser España o Italia, al ser clave para su financiación. Sin embargo, esta enorme laxitud monetaria no será indefinida y convendría ser cauteloso en este sentido puesto que se espera que la inflación repunte en la segunda mitad del año, incluso por encima del objetivo del BCE (2%), lo que puede dar argumentos a los miembros más conservadores del organismo para apoyar una reducción en el ritmo de compra de deuda.

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