11 jul 2021

Frankfurt también se renueva

El Banco Central Europeo publicó, el pasado jueves 8 de julio, una nueva estrategia para cumplir con su mandato de garantizar la estabilidad de precios. El organismo ha establecido un objetivo de inflación simétrico del 2% a medio plazo, lo que implica que las desviaciones positivas o negativas respecto de ese objetivo son igual de indeseadas, pero que es más flexible y las aceptará. 

De esta forma se añade la posibilidad de sobrepasar el umbral por un período transitorio sin endurecer de forma automática su política monetaria. Este giro da un mayor margen a Frankfurt para mantener los tipos de interés en mínimos históricos por un período de tiempo más amplio, muy consciente de que un incremento precipitado del precio del dinero podría poner en riesgo la recuperación económica de  la eurozona. Se trata, además, del primer cambio de estrategia desde 2003 y supone una ruptura importante con la doctrina que, hasta ahora, había seguido el organismo muy influida por el Bundesbank alemán. El BCE sigue así la estela de la Fed quien el año pasado ya revisó su propio objetivo de inflación. Sin embargo, a diferencia del organismo liderado por Jerome Powell, el BCE no aplicará una meta de inflación promedio, simplemente se tolerarán desviaciones temporales. Se espera así calmar el debate acerca de la posible normalización de tipos ante el crecimiento de los precios que han experimentado en los últimos meses en las economías desarrolladas. Las autoridades monetarias consideran que este incremento es transitorio y que obedece, desde  el punto de vista de la demanda, a la reactivación de la economía impulsada por los programas de estímulo que han aplicado los países y el desembolso del ahorro embalsamado, y por la oferta, a la presión a la que se ha sometido a las cadenas de suministro tras el citado repunte de la demanda internacional. 

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