11 abr 2021

Golpe de Estado fallido

En la madrugada del 31 de marzo un grupo de soldados rebeldes intentó, mediante el uso de armamento ligero, asaltar el palacio presidencial con el objetivo de perpetrar un golpe de Estado. La intentona golpista tuvo un escaso recorrido y, según el gobierno, las fuerzas especiales neutralizaron a los asaltantes tras una hora de tiroteo.

El ataque se produjo tan solo 48 antes de que el presidente, Mohamed Bazoum, ganador de las elecciones celebradas a finales de febrero, tomara posesión del cargo. Se especula con la posibilidad de que detrás se este episodio se encuentra la figura del ex primer ministro, Mahamane Ousmane, cuya candidatura para participar en los comicios fue invalidada tras ser condenado por un delito de tráfico de menores. Una vez normalizada la situación, el proceso democrático continuó como estaba previsto, y el 2 de abril se celebró el acto de investidura, un acto que contó con la presencia de los Jefes de Estado de Chad, Liberia y Togo, así como de altos representantes de la ONU y de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO). Así pues, Níger ha materializado su primera transición pacífica del poder, dado que, hasta ahora, todos los cambios en el Ejecutivo habían estado precedidos de una asonada. Ahora bien, Bazoum no lo tendrá fácil. Además de las fricciones con la oposición, que se ha negado a aceptar los resultados, el país se enfrenta a un riesgo cada vez mayor: la violencia yihadista. Desde comienzos de año, el avance de la filial del Estado Islámico por el este, y de Boko Haram por el oeste, se ha traducido en un aumento sin precedentes de atentados, los últimos en las regiones de Tillabéri y Tahoua, en los que fallecieron 200 civiles.

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