26 sep 2021

Mejora de las previsiones

El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) ha aumentado de 10,7% a 11,9% la proyección del crecimiento de la economía peruana para 2021, si bien ha corregido a la baja las expectativas para el próximo año, que pasaron de 4,5 % a 3,4%. El presidente del BCRP, Julio Velarde, sostuvo que la decisión obedece al buen desempeño económico que viene registrando el país, tras el desplome del 11,1% que sufrió en 2020, cuando interrumpió 22 años consecutivos de crecimiento.

La Cepal, por su parte, también actualizó sus previsiones para la región a finales de agosto y mejoró la estimación de crecimiento para Perú hasta el 10,6% este año y un 4,4% para 2022. Parte del rebote, lógicamente, obedece a un efecto estadístico, pero en todo caso hablamos de una recuperación muy dinámica, con lo que Perú podría alcanzar el nivel de actividad pre-crisis en 2022, uno de los primeros de la región junto con Chile. Entre los factores detrás de esta vigorosa recuperación encontramos las amplias medidas de estímulo fiscales y monetarias y el crecimiento de sus principales socios comerciales (China y EEUU). Los indicadores sanitarios han mejorado notablemente y el proceso de vacunación se ha acelerado, aunque no se puede descartar una tercera ola de contagios en los próximos meses. Un aspecto clave para el éxito de la recuperación será la gestión adecuada de los estímulos temporales, cuándo y a qué ritmo retirarlos, de forma que impulsen el crecimiento sin poner en peligro la estabilidad macroeconómica y financiera, favoreciendo la recuperación del empleo y la inversión.

│Una economía sólida

A diferencia de la mayoría de sus socios regionales, la economía peruana no presenta fuertes desequilibrios pese al fuerte golpe que ha asestado el covid-19 a la actividad. La economía andina contaba con un envidiable margen fiscal cuando estalló la crisis sanitaria lo que le ha permitido aplicar un paquete de estímulos sin precedentes (equivalente al 12% del PIB) en forma de transferencias monetarias a los hogares y de apoyo a empresas lo que ha disparado el déficit  hasta el 8,4% del PIB en 2020. La deuda pública, por tanto, aumentó 8 puntos hasta el 35,4% del PIB, un nivel todavía muy manejable en un país que, además, cuenta con un buen acceso a los mercados de capitales y grado de inversión desde el 2010. El déficit por cuenta corriente es también moderado y se financia sin excesivos problemas, gracias a una robusta entrada de IDE. La deuda externa se encuentra en niveles también moderados (43,4% del PIB) con predominio de la deuda a largo plazo. Por último, el elevado nivel de reservas, que cubre más de 17 meses importaciones y la línea de Crédito Flexible otorgada por el FMI apuntalan la solvencia del país.

│Incertidumbre política

Entre los factores que podrían menoscabar esta recuperación destaca, sin duda, la elevada incertidumbre política. A pesar de que el avance de la agenda más radical del presidente Pedro Castillo es muy improbable por la falta de apoyos en el Legislativo, es posible que, si persevera en su intento de modificar la Constitución, persistan las presiones sobre la divisa y sobre la prima de riesgo. La inversión también podría verse penalizada en este escenario, al deteriorarse el clima para hacer negocios. No obstante, la realidad es que Perú ha vivido momentos de convulsiones políticas más intensas que la actual y ello no ha frenado el dinamismo de la actividad económica, que se asienta sobre unos fundamentos económicos sólidos sin elevados desequilibrios. La economía ha circulado, hasta el momento, por un carril diferente al de la política puesto que ninguno de los dirigentes ha cuestionado los principios pro mercado y liberales que la rigen. Las propuestas de Castillo a favor de un mayor intervencionismo estatal podrían  hacer peligrar estas bases si bien todavía es pronto para saber si matizará algunas de las iniciativas y, lo que parece mucho menos probable, si contará con los apoyos necesarios para sacar adelante este tipo de medidas.  Ello explica que diferentes servicios de estudios no hayan reducido a la baja sus previsiones de crecimiento pese a la compleja coyuntura política actual. Todo apunta a que no pasará de  la dialéctica a los hechos en aquellas medidas que podrían menoscabar la solidez institucional del país.

crecimiento déficit deuda reservas pedro castillo revisiones incertidumbre politico
Compártelo:

Te podría interesar