13 nov 2022

A toda máquina

El PIB de Arabia Saudí se expandió, según las estimaciones iniciales, un 8,6% en el tercer trimestre de 2022, en comparación con el mismo periodo del pasado ejercicio.

Este dinamismo estuvo sustentado en el extraordinario aumento de los ingresos procedentes de la industria del petróleo. La producción de crudo aumentó hasta los 10,85 millones de barriles diarios. Por su parte, los precios del oro negro registraron un promedio de 100,7 $ el barril. En consecuencia, los ingresos del Estado entre julio y septiembre alcanzaron un récord histórico, en torno a 80.000 mill.$, un incremento superior al 24% respecto a las cifras del pasado año. El comportamiento de los sectores no relacionados con los hidrocarburos también fue razonablemente bueno, con una expansión superior al 5,5%, impulsado, en buena medida, por la ejecución del programa para diversificar la economía, denominado Vision 2030. Uno de los ejes del ambicioso plan es el desarrollo de infraestructuras. Hace unos meses las autoridades saudíes anunciaron que invertirán más de 130.000 mill.$  en los próximos años para modernizar las redes de transporte, como aeropuertos, carreteras y puertos marítimos, con el objetivo de posicionar al país como un referente mundial en el sector logístico. Otra de las prioridades es la integración del país en las cadenas globales de valor. Para ello, Riad anunció recientemente un plan de incentivos, valorado en 10.640 mill.$, destinado a desarrollar, junto a socios extranjeros, centros de producción de bienes no relacionados con los hidrocarburos.

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