24 jul 2022

Calentamiento global

El 19 de julio la agencia meteorológica británica Met Office registró, en la estación de Coningsby, 40,3º Celsius (C), la temperatura más alta registrada en la historia de Reino Unido.

El intenso calor de la última semana interrumpió temporalmente la actividad del aeropuerto de Luton, afectó varias carreteras y vías ferroviarias, e incluso, alteró la actividad de escuelas y hospitales (muchos de ellos no disponen de aire acondicionado). La ola de calor se ha extendido por buena parte de los países occidentales. Por ejemplo, la estación meteorológica más antigua de París, en servicio desde 1873, registró la semana pasada la segunda lectura más elevada de la serie histórica. En algunas localidades de Portugal se han superado los 47º C y en Estados Unidos se ha declarado el estado de alerta por el riesgo de temperaturas extremas en los estados del Medio Oeste y en la costa este del país, donde residen más de 70 millones de habitantes. Por si fuera poco, las elevadas temperaturas han favorecido la proliferación de incendios forestales, con mayor intensidad en los países del Mediterráneo, como España, Francia y Grecia. En Estados Unidos un incendio –activo a cierre de estas líneas–, amenaza el Parque Natural de Yosemite, conocido por las milenarias secuoyas. La comunidad científica advierte que estos episodios extremos serán cada vez más recurrentes e intensos, como consecuencia del progresivo calentamiento global.

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