06 nov 2022

Comienza la transición

El equipo de Lula da Silva, liderado por Geraldo Alckmin, quien ocupara la vicepresidencia en la próxima legislatura, se reunió el pasado 3 de noviembre con el Gobierno de Bolsonaro en el palacio de Planalto, en Brasilia.

El futuro número dos señaló poco después que el mandatario se comprometió a colaborar para que el traspaso de poderes sea fluido. Esta es una buenísima noticia tras el silencio abrumador del presidente las 48 horas posteriores a conocer su derrota. Esta anómala reacción alimentó los temores de que se negara a aceptar el resultado e incluso alentara un golpe de Estado. Durante toda la semana pasada, Brasil ha sido escenario de bloqueos y cortes en carreteras de todo el país por parte de los simpatizantes del mandatario en protesta por los resultados de la segunda vuelta celebrada el pasado 30 de octubre. Bolsonaro ha señalado que, si bien comprende las preocupaciones legítimas de los manifestantes, "hay que respetar los derechos de otras personas que se están desplazando, además de afectar nuestra economía". Las siete semanas que restan hasta que Lula tome posesión el próximo 1 de enero son todavía delicadas. También lo será el arranque de la legislatura. El líder del partido de los Trabajadores tomará las riendas de un país profundamente fraccionado y habrá de negociar con un parlamento controlado por el centro-derecha, que exigirá contrapartidas para cualquier reforma que el ejecutivo pretenda aprobar y fiscalizará de cerca su actuación.

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