10 jul 2022

El petróleo kazajo como nuevo instrumento de presión

La pasada semana el presidente kazajo, Kasim-Yomar Tokáyev, expresó al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, su compromiso con el suministro de petróleo a la Unión Europea.

Unas horas más tarde, el tribunal de la ciudad rusa de Novorossisk ordenaba suspender los trabajos del operador que gestiona el oleoducto, el Consorcio Caspian Pipeline (CPC), lo que  interrumpió del suministro de crudo hacia Europa. Más allá de las consecuencias económicas y energéticas para el bloque europeo, el gesto de Moscú es significativo por dirigirse contra Kazajstán con quien, tradicionalmente, mantenía buenas relaciones. Nursultán parece estar distanciándose de la postura de Moscú desde que comenzase la invasión de Ucrania, lo que le está valiendo el castigo del Kremlin. Primero lo hizo en el foro económico de San Petersburgo, el pasado mes de junio, cuando el presidente Tokáyev afirmó que Kazajstán no reconocía la independencia de las autoproclamadas repúblicas prorrusas en Ucrania y que se comprometía a respetar las sanciones internacionales. Ahora, al asegurar el suministro de petróleo a la UE contraviniendo la posición rusa. Las rutas alternativas para la exportación del petróleo kazajo sin atravesar Rusia son muy escasas y conllevan la exportación de crudo a Azerbaiyán, donde comienza el oleoducto que atraviesa el Caspio, una opción que las autoridades kazajas ya están explorando.

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