20 mar 2022

Encarecimiento de los alimentos

Egipto es uno de los países más expuesto a las tensiones que ha desencadenado la guerra en las cadenas alimentarias.

El país importa de Ucrania y Rusia el 85% del trigo y el 70% del aceite de girasol que consume, según el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de la ONU. Se calcula que las reservas nacionales permitirían cubrir la demanda, al menos, durante los próximos cuatro meses. Para reducir el riesgo de desabastecimiento, el gobierno ha prohibido las exportaciones de aceite, maíz, trigo y ferik. Asimismo, el Ejecutivo del presidente Abdel Fattah al-Sisi ha establecido esta semana límites en el precio del pan no subvencionado, después de que el coste de este alimento básico se haya incrementado más de un 50% desde el inicio de la invasión. Empresas del sector responsabilizan de esta subida al drástico encarecimiento del petróleo, un revés que se ha trasladado al coste de los servicios de transporte de las importaciones procedentes de Europa. El aumento de los precios de los alimentos básicos supone un enorme desafío en un país donde un tercio de los 100 millones de habitantes viven en riesgo de pobreza. Este escenario impactará, además, en la salud de las cuentas públicas. El año pasado el Estado destinó 5.500 mill.$ del presupuesto a subsidiar alimentos básicos, una cifra que podría incrementarse sustancialmente a lo largo de 2022. Por su parte, el Banco Central anunció el 21 de marzo una subida de los tipos de interés de 100 puntos básicos, hasta el 10,25%, para atemperar las presiones inflacionistas. Se trata de la primera revisión al alza de los tipos desde 2017.

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