10 sep 2023

Giro de 180º grados

El presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, ha abandonado su posición hostil hacia los tipos de interés elevados y ha prometido utilizar una "política monetaria estricta" para frenar el crecimiento desenfrenado de la inflación, que se prevé que termine el año alrededor del 65%.

De esta forma, Erdogán se desdice de su postura antisubidas de tipos, que mantuvo incluso durante la campaña electoral el pasado mes de mayo. Las declaraciones de Erdoğan constituyen una señal inequívoca de respaldo a la política monetaria más ortodoxa de su nuevo equipo económico. El ministro de Finanzas, Mehmet Şimşek, y la gobernadora del banco central, Hafize Gaye Erkan, han tratado de enfriar la economía turca y hacer frente a las fuertes presiones sobre los precios y al abismal déficit por cuenta corriente desde su nombramiento en junio. El Banco Central ha subido los tipos de interés del 8,5% al 25%; solo en agosto la  subida fue de 7,5 puntos porcentuales Además, el pasado 6 de septiembre se presentó el programa de reformas a medio plazo, en el que se incluye explícitamente una mención a una mayor coordinación de la política monetaria y fiscal. Esto supone una ruptura con la época anterior a las elecciones, cuando se introdujeron una serie de normas para mantener la economía en equilibrio sin subir los tipos de interés. Esa estrategia provocó que el país entrase en una crisis inflacionista y consumiera miles de millones de dólares de reservas de divisas en un intento infructuoso de apuntalar la lira. El gobierno tuvo que recurrir a regulaciones para impedir que las empresas y los consumidores compraran dólares y euros.

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