23 may 2021

Prórroga de un mes del plazo de supervisión de la AIEA

Irán accedió el pasado día 23 de mayo a que los funcionarios de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA), puedan seguir inspeccionando sus instalaciones nucleares durante treinta días más.

Las autoridades iraníes se han comprometido también a no destruir las grabaciones efectuadas por las cámaras de la AIEA instaladas en las centrales nucleares de la República Islámica. La citada prórroga dará un mayor margen de tiempo a los participantes en las conversaciones diplomáticas que se están desarrollando en estos momentos en Viena para tratar de convencer a los EE.UU. y a Irán de que accedan a sentarse a negociar para revitalizar el Acuerdo Nuclear de 2015. Como se recordará, en mayo de 2018 los EE.UU., siendo Donald Trump presidente, decidieron abandonar de manera unilateral el citado acuerdo y pocos meses después -en noviembre- imponían toda una batería de sanciones a la República Islámica, dando origen a lo que se conoció como la política de la “presión máxima” sobre ese país. Sin embargo, los iraníes han establecido también sus condiciones, amenazando con borrar de una vez por todas todos los vídeos grabados por las cámaras de la AIEA si, en un plazo de 90 días, las citadas sanciones no han sido levantadas en su totalidad, empezando por la que impide a la República Islámica vender crudo al exterior, privándole de su principal fuente de divisas convertibles. Hay que recordar, en este sentido, que a principios de 2018, es decir, antes de la retirada unilateral por los EE.UU. del acuerdo nuclear, Irán exportaba unos 2,4 millones de barriles diarios de crudo, exportaciones que tras las sanciones cayeron a apenas 800.000 b/d. Aunque con reservas, se puede decir que existe un cierto optimismo contenido acerca de la posibilidad de que los EE.UU. vuelvan de nuevo al acuerdo nuclear de 2015, un acuerdo, del que, cabe recordar, Irán nunca se salió, aunque desde que lo hicieran los EE.UU. ha ido incumpliéndolo por partes. Del lado iraní, es sabido que el actual presidente Hasan Rohaní, quien fuera uno de los artífices de la firma del acuerdo nuclear de 2015 y al que se da como perdedor en las elecciones presidenciales iraníes que tendrán lugar el próximo 18 de junio, querría despedirse de su cargo habiendo conseguido antes el levantamiento de todas las sanciones a su país. Del lado estadounidense, también se sabe que el principal objetivo de Joe Biden para Oriente Medio es resucitar el citado acuerdo. Sin embargo, el principal riesgo es que cada una de las partes espera que sea la otra quien dé un primer paso o que cualquiera de ellas se descuelgue con condiciones de última hora. Como suele decirse en casos similares “el diablo se esconde en los detalles”. Habrá, pues, que confiar en que en esta ocasión esto no sea así.

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