18 dic 2022

Se aleja de Moscú

La invasión rusa de Ucrania ha deteriorado las relaciones entre Astaná y Moscú de forma evidente.

Las principales economías de la Unión Económica Euroasiática tradicionalmente han mantenido unos vínculos culturales, comerciales y políticos muy estrechos de los que ambos se han beneficiado. De forma paralela, Kazajstán también ha tratado de diversificar sus socios comerciales como una forma de asegurarse la independencia económica de Rusia. En este sentido, China ha ido cobrando relevancia en las relaciones exteriores de Astaná. Pekín se ha convertido en uno de los principales clientes energéticos de la exrepública soviética y, desde el lanzamiento de la Nueva Ruta de la Seda en 2014, también en uno de los mayores inversores. La invasión de Ucrania cambió la percepción de Rusia en el espacio postsoviético ya que despertó enormes dudas en las exrepúblicas soviéticas que veían peligrar su soberanía e integridad territorial. En concreto, Kazajstán ha mantenido una complicada posición neutral frente al conflicto. Por un lado, ha rechazado reconocer la independencia de las regiones ucranianas de Lugansk y Donetsk, pero tampoco ha secundado las sanciones impuestas por Occidente. A la vez, el pasado mes de noviembre, acordaba aumentar los envíos de petróleo a través de la ruta del Caspio y, de esta forma, moderar el uso de la ruta del mar Negro en territorio ruso. Una estrategia que busca desvincularse progresivamente de Rusia y, previsiblemente, ampliar la cooperación con China.

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