Movilizaciones sociales

El deterioro de los servicios públicos, el creciente autoritarismo del presidente y la crisis económica que atraviesa desde hace años Túnez ha avivado el descontento de gran parte de la ciudadanía. Algunos sectores, como la banca o el sistema sanitario, han llevado a cabo jornadas de huelga recientemente. A esto se ha unido en los últimos días las protestas por la contaminación química en varias regiones del país, como consecuencia de los gases emitidos por las instalaciones de la empresa pública de fertilizantes Groupe Chimique Tunisiene. La presencia de partículas tóxicas en el aire ha provocado la hospitalización de más de un centenar de personas. El presidente se enfrenta, pues, a la mayor ola de protestas desde que accedió al poder en 2019. En este tiempo, Said ha desmantelado las estructuras que actuaban como contrapeso, y ha controlado con mano dura a las voces críticas. Todo ello ha provocado una considerable desafección ciudadana, como pone de manifiesto la participación inferior al 30% en los comicios celebrados el pasado año.