09 may 2016

6 indispensables para cambiar la marca

Las decisiones que toman las empresas con sus marcas suelen desconcertar. A día de hoy, todavía hay expertos en marketing que siguen sin saber por qué las natillas Danone se transformaron en Danet. Los continuos cambios de logo de firmas como Apple también son motivo de polémica y qué decir de los innumerables retoques o reformas de las latas y botellas de Coca-Cola. ¿Por qué las grandes firmas juegan tanto al despiste con sus marcas? Pues simple y llanamente porque las consideran un activo y, como tal, hay que sacarles el mejor rendimiento. Es más, existen tantas razones por las que las multinacionales llevan a cabo estas acciones, que resulta imposible enumerarlas. Pero hay algo en lo que todas coinciden, una marca se toca cuando se quiere crecer.

 

Eso es lo que logró Intel con su famoso lema Intel Inside. ¿Se imagina a L´Oréal sin la coletilla porque yo lo valgo?. Aunque no lo parezca, ninguna de estas compañías sería lo que son en la actualidad, casi mitos, si un día no se hubieran atrevido a cambiar su marca, su eslogan, o su logo. Una pyme también debe saber jugar con su enseña. Pero, cuidado, una mala estrategia, o actuar sin planificación, puede ser desastroso para el negocio. Por eso, cuando hablamos de variar algo relacionado con la imagen que la sociedad tiene de una organización hay que hacerlo con sumo cuidado.

Tratar de encontrar la fórmula mágica que nos ayude a mejorar el negocio a través de la marca es a lo que trataremos de dar respuesta en este post. Las claves de una metamorfosis exitosa pasan por:

 

Busque asesoramiento

Son tantos los intangibles de una compañía que el cliente tiene asociados a una marca o a un eslogan, que resulta imprescindible apoyarse en expertos para no equivocarse. Como ya hemos comentado, en este tema es muy fácil cometer errores. Cuando esto ocurre nos encontramos con un dilema muy difícil de solucionar. Por eso, no se fie solo de las opiniones que lleguen de su propia plantilla. Su obligación es contratar a una consultora con experiencia en la materia que ayude en todo el proceso. Y mucho más si la idea del giro estratégico viene a consecuencia de una aventura internacional con entrada en nuevos mercados.

 

Respete la cultura de la empresa

Los rebrandings más exitosos son aquellos que respetan lo que la empresa representa para los clientes. De esa forma se logra que los consumidores sigan reconociendo los valores de la marca, aunque estos se hayan modernizado. De hecho, lo mejor es que el cambio se note solo lo necesario. Es decir, que todos sepan que el negocio sigue siendo el mismo pero que se ha puesto al día.

 

La acción va más allá de cambiarse el nombre

En ocasiones, los cambios llevan incluso a que desaparezca la denominación con la que conocemos a la compañía para iniciarse con otra nueva -léase de Google a Alphabet, por ejemplo-. Pero en estos casos la transformación no se limita solo a las letras. Va más allá. Una acción en esta línea toca la identidad de la compañía. Es como comenzar casi de cero.

 

Como es obvio, este tipo de decisiones solo se pueden tomar cuando el emprendedor está convencido de sus beneficios. Nunca se deben afrontar a la ligera. Por eso, antes de comenzar nada hay que medir los resultados. En otras palabras, realizar un estudio para saber con seguridad si el esfuerzo merecerá la pena. Un cambio de nombre implica al exterior que con lo que se tenía no es suficiente, que se está saliendo de la zona de confort, y que ha aumentado en buena medida los límites de la empresa. Se trata de una buena forma de llegar a otros nichos de mercado, que antes le estaban vetados por la enseña.

 

Logre total implicación de la plantilla

Tener una buena marca es un tesoro. Por eso, cambiar la misma es una decisión que no debe afectar solo a los directivos. Muy al contrario, todos los componentes de la compañía deben estar implicados en el proceso. Para lograrlo, es primordial fomentar la comunicación interna y pedir con sinceridad opiniones a todo el mundo. Otra buena acción que debería llevar a cabo es celebrar una fiesta con motivo del cambio de marca. Así logrará que los trabajadores ejerzan su labor diaria de acuerdo a los conceptos y principios que defiende su enseña.

 

Ábrase a nuevos negocios

La transformación de la marca es clave para explorar nuevas vías de ingresos. Se amplían las relaciones con los clientes y, tras el cambio, todo es más sencillo. Por dicho motivo, usted debe explicar con claridad que es lo que busca y cuáles son sus intenciones en todo el proceso. Solo así podrá obtener resultados de estas nuevas posibilidades de negocio.

 

Un trabajo a largo plazo

Muchas veces las variaciones en el nombre de una firma no vienen acompañados de nada más, lo que supone un problema. Y es que tras la sorpresa inicial se descubrirá el vacío. Para que esto no ocurra, se tiene que trabajar en todos los frentes. Tras el cambio de marca, debe existir un plan de negocio, comercial y de marketing que enseñen al mundo lo que su firma planifica a largo plazo y que va hasta el final con las decisiones. No se trata de cosmética sino de algo más profundo. Solo así se obtendrá el éxito en este tipo de procesos y se podrá presumir de tener una marca poderosa.

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