10 jul 2019

Cómo afrontar con éxito la internacionalización del negocio

Triunfar en el extranjero es una obligación para casi todas las empresas una vez que se han asentado en su mercado doméstico. Pero es importante recalcar que para tener éxito en una aventura empresarial en el exterior no basta con tener un producto o servicio competitivo, sino que se precisa de una estrategia bien diseñada que parta de un concienzudo y exhaustivo análisis de mercado. Además, es imprescindible conocer los procesos, legislación y normas comerciales del país donde se pretende entrar. También debe saberse la propia capacidad logística y de producción de la empresa para ver si se podrá dar servicio a una mayor demanda. Es necesario también estudiar que los productos o servicios cumplen con las especificaciones técnicas del país receptor así como contar con músculo financiero para acometer la internacionalización y estar preparado para superar cualquier imprevisto. Por último, no hay que olvidar la necesidad de que exista un departamento jurídico experto en derecho internacional, ya sea interno o externo.   Como se puede ver, salir al exterior no es algo que se consiga de un día para otro. Todo, absolutamente todo, debe ser estudiado y analizado. Así se incrementarán las opciones de que un emprendedor tenga éxito en el comercio internacional. Desde este post ofrecemos los elementos que se necesitan revisar durante toda esta etapa de importación y exportación, así como los grandes errores que suelen cometerse en el proceso.  

No equivocarse en el país de destino

Una de las primeras decisiones que una empresa debe adoptar a la hora de dar el salto al exterior es elegir con acierto el país de destino. Es obvio que esa elección dependerá en gran medida de las expectativas de negocio que se tengan y de las similitudes entre los territorios que permitan albergan más opciones de venta de los productos que se ofrecen. Pero también debe considerarse otra serie de cuestiones básicas como la competencia, la oportunidad, el panorama económico, o las cuestiones políticas, religiosas o demográficas, como tampoco hay que olvidar los temas legales. De esa forma se evitarán desagradables sorpresas. Con todo, el camino más fácil, y más aconsejable, para las empresas españolas pasa irremediablemente por la Unión Europea, por todos los aspectos, desde la proximidad a las similitudes culturales y la legislación que, precisamente, tiene el objeto de impulsar el intercambio comercial. Y, en segundo lugar, sin duda, América Latina, por el idioma. Finalmente estudiar los países con los que hay firmados acuerdos comerciales también suele ayudar. En el caso español, conviene no pasar por alto el reciente pacto de la UE con los países que forman el territorio Mercosur y el propio de España con Japón.  

Disponer de un producto vendible

Intentar salir al exterior sin un producto o servicio que tenga opciones de funcionar carece de sentido. Por eso es necesario averiguar si lo que nuestra empresa ofrece tiene capacidad de ser exportable, a través de análisis tanto en el mercado doméstico como en el de destino. Posteriormente llega el momento de hacerse unas cuestiones claves: ¿se puede vender al precio actual?, ¿tiene la suficiente calidad?, ¿qué ventaja aporta frente a la oferta ya existente?, ¿puede satisfacer una mayor demanda?, y ¿ofrezco un adecuado servicio postventa? Si la respuesta a todas estas cuestiones es positiva, quizá entonces se pueden albergar esperanzas de que funcione en el exterior. Aunque es aconsejable seguir leyendo los puntos siguientes para amarar más el tiro.  

El envoltorio también importa en el comercio exterior

El embalaje o packaging puede ser la diferencia entre el éxito o el fracaso de un producto en el exterior. Por tanto, se trata de otro aspecto que debe cuidarse. Vaya por delante que lo primero es adaptar el etiquetado a la normativa sanitaria y legal del país destino, así como a su idioma. Igual de importante es que sea atractivo para los gustos del nuevo país. Eso quizá puede obligar a cambiarlo respecto al que existe en España. Pero será un esfuerzo necesario para abrir el nuevo mercado.  

Adaptar la logística

La logística es quizá la clave más importante de las importaciones y exportaciones. De ella depende que una referencia llegue a tiempo a un cliente y, en consecuencia, que la firma sea capaz de ofrecer un buen servicio. Así que una de las primeras obligaciones de cualquier empresario previo a exportar es analizar y preparar su capacidad de transportar sus productos o servicios.  

Completar toda la burocracia

Excepto en territorios más proclives al comercio con España, como la UE, resulta evidente que conquistar un nuevo país requiere superar un infinito papeleo. Por ejemplo, hay que registrar las marcas para no tener problemas con posterioridad.  

Asegurar el cobro de las ventas

Una vez que ya hemos dispuesto todo para vender, tenemos que asegurarnos de que cobraremos esas ventas. Para la mejor opción, sin duda, es contar con un buen seguro de crédito a la exportación.     Si quieres seguir leyendo noticias relacionadas, haz clic aquí.

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