05 feb 2019

Los riesgos geoestratégicos globales se agolpan en 2019

El clima geopolítico mundial es el más peligroso en décadas. La crisis de Venezuela es el último botón de muestra. Pero hay otras diez predicciones de alto voltaje.

  El conflicto político, económico y social en Venezuela ha irrumpido a los asuntos más sensibles de las agendas diplomáticas de todo el planeta a las pocas semanas de comenzar 2019. El riesgo de que la doble legitimidad presidencial de Nicolás Maduro y Juan Guaidó, que ha conseguido el reconocimiento de las grandes potencias europeas como jefe del Estado venezolano, puede traer consigo una contienda civil de consecuencias devastadoras para un país con la economía en quiebra, graves problemas de abastecimiento de productos básicos, una hiperinflación de proporciones millonarias en la relación porcentual de la cesta de la compra, y una divisa sobre la que se desconoce su valor exacto desde hace años tras varias mega-devaluaciones. Pero el escenario de alta tensión en el Caribe -se habla sin tapujos de intervención militar auspiciada desde EEUU- es, tan sólo, uno de los riesgos latentes que va a deparar este año en el que, según la consultora Eurasia, se va a vivir peligrosamente. Cada año, esta firma desvela su clasificación de puntos y asuntos candentes del planeta. Entre los temas de elevado voltaje, los expertos de Eurasia mencionan el tsunami abierto por EEUU en la OTAN, a cuenta de la financiación de la Alianza Atlántica, los cambios estratégicos que, por decisión expresa de la Casa Blanca, han pasado a ser prioritarios y los que se han aparcado o han sido relegados a un limbo -como Ucrania o las reivindicaciones de las repúblicas bálticas frente a Rusia- y las nuevas ínfulas armamentísticas de las tres grandes potencias nucleares -EEUU, Rusia y China-, con ruptura de tratados de desarme atómico, de misiles de medio y largo alcance y con multimillonarios desembolsos presupuestarios para modernizar sus ejércitos e incorporar innovadoras armas de alta sofisticación. También alertan del deterioro de las relaciones entre Pekín y Washington. De la incertidumbre sobre las elecciones presidenciales en Nigeria, del creciente número de países que han abrazado a gobiernos de tinte populista y autoritario, de la proliferación de ciberataques indiscriminados a instalaciones gubernamentales, infraestructuras o redes de abastecimiento, además de a empresas, y del peligro de fractura de la UE. Estas son sus diez predicciones de mayor riesgo global, por orden decreciente de gravedad.

1.- Falta de liderazgo mundial.

La toma de decisiones desde las altas jerarquías de las naciones más poderosas del planeta o se han relegado o no han logrado consumar su eficacia. El sistema multilateral brilla por su ausencia. Y las semillas que se han sembrado como alternativa a esta arquitectura institucional, donde se dirimían los problemas en busca de consenso, no germinan. El futuro, a su juicio, no depara demasiados buenos augurios precisamente. El panorama de la UE, de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y de otros organismos multilaterales como el FMI, el Banco Mundial o la ONU, no es muy halagüeño. Como tampoco los lazos entre EEUU y China, ni entre Rusia y sus vecinos, especialmente sus ex repúblicas más próximas a Europa.

2.- Relaciones EEUU-China.

Hubo un tiempo en el que Washington y Pekín asumieron que la mejor forma de gestionar su rivalidad en todos los terrenos era mediante el mantenimiento de unos lazos de colaboración lo más amigables posibles. Funcionó durante décadas. Pero, ahora, esta entente cordiale se ha esfumado. Esta transformación en el tablero de ajedrez global se ha de consignar, sobre todo, en el debe de la Administración Trump. La confrontación se inició casi desde la asunción del cargo del presidente estadounidense. En el orden geoestratégico, con un discurso beligerante para frenar la expansión territorial de China por su costa marítima del sur, y luego, en el terreno comercial, abriendo una guerra tarifaria sin precedentes. Este viraje se va a ampliar, además, a áreas como la tecnología, la economía y la seguridad, auguran los expertos de Eurasia.

3.- Ciberataques de guante invisible.

El pistoletazo de salida de la competición por el liderazgo de la digitalización ha aumentado el nivel de riesgo de terrorismo en la red. Por primera vez, los servicios secretos de EEUU reconocen que tendrán que emprender esfuerzos denodados por tratar de contener esta amenaza. A través de una multiplicidad de canales e instrumentos. Algo que apunta a la necesidad de crear un sistema efectivo contra el ciberterrorismo en la esfera mundial. Si no se quiere entrar en una guerra cibernética en toda regla.

4.- Populismo europeo.

Con las elecciones al Parlamento Europeo a la vuelta de la esquina, el próximo mes de mayo, los euroescépticos de formaciones de derecha e izquierda van a obtener, según los sondeos, más escaños que nunca. En el pasado, estos partidos ganaron apoyos entre los detractores de las políticas de la UE. Pero, ahora, sus correligionarios desean acabar con las reglas de juego de la Unión. La impredecible influencia de todos estos grupos que obtendrán representación en la Eurocámara mermará la habilidad de Europa en el futuro. Con un elevado riesgo de quiebra institucional.

5.- Deterioro de la gran potencia mundial.

El escenario que se avecina de puerta adentro en EEUU será dramático. Una situación próxima al caos. Con un proceso de impeachment contra el presidente que sobrevuela el Capitolio, aunque se mantenga en estado latente, pero con una excesiva volatilidad política en un país muy dividido ideológicamente y con señales nítidas de que la actividad económica y el clima inversor y bursátil puede lapidar el actual ciclo de negocios y conducir a una nueva recesión.

6.- Interrupción de la innovación digital.

Los investigadores de Eurasia auguran una reducción del capital humano y financiero dirigido durante el último lustro al desarrollo tecnológico. Dicen que se desencadenará un periodo invernal sobre la tecnología. Mencionan tres factores: riesgos sobre la seguridad de las naciones más evolucionadas en la Revolución Digital 4.0, que caerán en la tentación de minimizar su exposición a firmas abastecedoras del exterior; una oleada de preocupación por la privacidad, que traerá consigo un endurecimiento regulatorio sobre cómo podrán los ciudadanos usar sus datos personales; y una inquietud económica por proteger a sus grandes firmas multinacionales del área tecnológica.

7.- Nuevo orden global.

La elección de Donald Trump acabó con largas décadas de compromiso de la Casa Blanca con el liderazgo estadounidense del orden posterior a la Guerra Fría. Pero, con su nombramiento, el dirigente estadounidense ha reunido a una coalición de disconformes con el sistema multilateral que ha regido los destinos del mundo en tiempos recientes. Eurasia cree que su pretensión es acabar con este modus operandi. Desean enterrar el orden global. Y todos ellos contribuirán a generar más tensiones geoestratégicas.

8.- México.

Su nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador, acumula un poder y un control sobre el sistema político nunca visto en México desde la década de los noventa del siglo pasado. Su idea de hacer México grande de nuevo significa volver a los años sesenta y setenta. Con mayor gasto estatal, más intervencionismo y menos políticas de igualdad. Hasta ahora, México se había instalado en un ciclo contrario al del resto de naciones de América Latina. Tanto en el orden económico, como político. Con una calificación baja de riesgo institucional. Pero este año, su escenario nacional ha empeorado y se sitúa por debajo de sus vecinos del Hemisferio Sur.

9.- Ucrania.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ve Ucrania como un territorio vital para revitalizar su esfera de influencia. Su deseo es atraerla de nuevo a su órbita política, cultural e histórica. La que se quebró sin remedio tras la revolución del Maidan, entre 2013 y 2014. Putin considera que el Kremlin debería tener un peso determinante en el futuro de Kiev. Una pretensión que, a buen seguro, incidirá en las elecciones presidenciales de marzo y propiciará una dura campaña electoral. La interferencia efectiva de Rusia en Ucrania dependerá del grado de apoyo social que tendrán los candidatos al Parlamento ucraniano próximos al círculo de Putin.

10.- Nigeria.

La segunda potencia del África Subsahariana, tras Sudáfrica, se enfrenta a la cita con las urnas más delicada desde su transición a la democracia, en 1999. Los electores decidirán, a buen seguro, entre el presidente Muhammadu Buhari, un político ya anciano y enfermo, al que la tecnología, la creatividad, el talento o la modernización de la industria petrolera del país le resulta un obstáculo al arraigo cultural y la idiosincrasia social, lo que cronifica los problemas de la nación. Y el ex vicepresidente Atiku Abubakar, sobre el que pesan numerosas acusaciones de corrupción. Los expertos de esta consultora ponen bajo asterisco su diagnóstico sobre el Brexit. Desconocen el alcance del proceso de divorcio entre Reino Unido y la UE. Porque, después de tres años desde el referéndum, casi todas las alternativas sobre la salida británica de las instituciones europeas siguen siendo posibles por la encrucijada política en la que se encuentra la primera ministra, Theresa May.
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