Cesce Abre sus Puertas al Voluntariado 'Mi abuelo es la caña' de Adopta un Abuelo"

Cesce acoge por primera vez el voluntariado "Mi abuelo es la caña" de Adopta un Abuelo donde descubrimos un mundo de experiencias y sabiduría en una merienda muy especial.

El miércoles 20 de marzo, Cesce tuvo el honor de acoger el voluntariado "Mi abuelo es la caña", organizado por Adopta un Abuelo.  Llevamos colaborando con esta fundación desde hace años en diversas iniciativas, como el Voluntariado Telefónico o "Una carta para un abuelo" en Navidad.

 

Mi Abuelo es la Caña


Al principio, todos estábamos un tanto nerviosos preguntándonos cómo sería este encuentro ya que era la primera vez que se organizaba. Sin embargo, desde el momento en que los voluntarios de Cesce recibieron a las personas de la residencia en el hall de Cesce, nos dimos cuenta de que todo iría sobre ruedas. No solo gracias a las recientes reformas del edificio que facilitaron la movilidad de aquellos en silla de ruedas, sino sobre todo por el ambiente que se generó por las conversaciones espontáneas que surgieron entre voluntarios y visitantes. 

Nos dirigimos hacia la sala del consejo, donde nuestro presidente, Fernando Salazar, les dedicó una cálida bienvenida y compartió con ellos y nuestros voluntarios momentos especiales muy divertidos. Resultaba curioso ver la sala del consejo poblada por nuestros invitados, quienes bromearon sobre el relevo intergeneracional que venían a hacer en Cesce.

 



Tras una visita por las nuevas instalaciones de edificio, compartimos una merienda donde las charlas surgieron sin parar.

 

 

 

 

 

 

 

Nuestros voluntarios quedaron sorprendidos al descubrir las vidas apasionantes que habían llevado nuestros invitados, donde había desde un controlador aéreo, una doctora en geología, farmacéuticos, profesoras… Muchos de ellos habían vivido en el extranjero y actualmente tienen unas vidas sociales que ya quisiéramos muchos de nosotros. Esta experiencia ha demostrado la importancia de no juzgar de antemano y nos recordó que siempre hay mucho que aprender de nuestros mayores.


Asi el encuentro llegó a su fin, y nos quedamos con ganas de más, pero con la satisfacción de la experiencia de haber conocido a personas verdaderamente excepcionales.
 

Compártelo:

Te podría interesar