Estas Navidades nuestro "Papa Noel" Visita AUCAVI

El pasado 22 de diciembre, la Fundación AUCAVI (Autismo Calidad de Vida) celebró una pequeña fiesta de Navidad donde nos propusieron que el papel de Papá Noel lo desempeñara uno de nuestros trabajadores. 

Nuestro compañero Miguel se ofreció como voluntario y después de su experiencia y de arrancar la ilusión de todos los niños, ha querido compartir su vivencia con todos.

El pasado 22 de diciembre, la Fundación AUCAVI (Autismo Calidad de Vida) celebró una pequeña fiesta de Navidad donde nos propusieron que el papel de Papá Noel lo desempeñara uno de nuestros trabajadores. 

Nuestro compañero Miguel se ofreció como voluntario y después de su experiencia y de arrancar la ilusión de todos los chicos, ha querido compartir su vivencia con todos.

"Hace unos días me presenté voluntario para hacer de Papá Noel en el centro de día de AUCAVI. Aunque ya no tengo la presencia física del personaje, todo lo demás sí que lo tengo conmigo. Eso no se pierde fácilmente: la ilusión, el espíritu y las ganas de compartir un rato con estos chicos tan especiales.

Asisto el día de la cita, un poco nervioso. Aunque tengo costumbre después de interpretar a Melchor tantos años, soy consciente que el reto de hoy va un poco más allá de las penumbras de la noche del día 5 de enero. Estos chicos son especiales y necesitan un trato y cariño especiales también.

Me cambio en un cuarto fuera de la vista de los chicos. Todos son autistas en diversos grados y hay que tener cuidado con cómo se interactúa con ellos.

Me dan el aviso y salgo del cuarto como de un toril... Cantando el Oh, Oh, Oh, y tocando la campana. Entro en una clase y... ¡sorpresa, la reacción es impresionante, las caras de alegría y felicidad de los chicos son maravillosas, se van mis preocupaciones y entro en el personaje maravillosamente bien! Con ellos resulta más fácil de lo que había pensado. Entre sonrisas, abrazos y comentarios de sorpresa, les voy dando unos bombones que llevo en la bolsa roja. Casi todos los aceptan de buen grado, otros más tímidamente, pero van participando también.

Me encanta y me sorprende la reacción entusiasta de algunos, como la de Juan, que me acompaña dando vítores y abrazos durante el recorrido por las distintas clases, y recibiendo más bombones de la cuenta.

Únicamente no he podido entrar en una de las clases: la de Carlos, los chicos son más sensibles y no toleran bien a los extraños, pero igualmente me he sentido feliz."

Miguel.


 


 

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