25 jul 2021

│Castillo es oficialmente proclamado presidente electo

Pedro Castillo será investido como presidente electo del país el próximo 28 de julio, lo que pone fin a semanas de incertidumbre tras las acusaciones de fraude electoral por la candidata de Fuerza Popular, Keiko Fujimori.

Efectivamente, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ha proclamado la semana pasada al candidato de Perú Libre como ganador de las elecciones generales tras desestimar todas las impugnaciones y apelaciones de los abogados de Fuerza Popular, que no pudieron demostrar que hubo fraude en la segunda vuelta del 6 de junio. Tras conocer la noticia Castillo, en un breve discurso, ha insistido  en los llamamientos a la unidad y ha prometido estabilidad. Fujimori, por su parte, ahora deberá hacer frente al juicio por supuesto lavado de dinero por el caso Odebrecht.

│Enormes retos

Perú ha sido duramente golpeado por la pandemia. En el momento de redacción de estas líneas registra el mayor número de muertes per cápita de todo el mundo. Además, el ritmo de vacunación es lento; solo el 16% de la población objetivo se ha vacunado con dos dosis. Desde el punto de vista económico, la covid-19 ha provocado una caída del PIB del 11,1 % en 2020 lo que ha interrumpido 22 años consecutivos de crecimiento y supone la peor caída en las últimas tres décadas. No obstante, posiblemente el mayor reto al que se enfrenta el nuevo presidente no es sanitario ni económico sino político. Perú Libre dispone tan solo de 37 escaños en un parlamento de 130 y Castillo ni siquiera puede asegurar que cuenta con el apoyo incuestionable del partido, al que no pertenece, y donde la figura principal es Vladimir Cerrón. Esta situación no es nueva; Perú adolece de un problema de gobernabilidad desde hace años. La última legislatura ha tenido nada menos que cuatro presidentes: Pedro Pablo Kuczynski renunció tras dos años de dura oposición del fujimorismo y fue sustituido por Martín Vizcarra a quien el Congreso sacó del poder con una moción de censura. Una semana después, los manifestantes, en su mayoría jóvenes, forzaron la dimisión del presidente interino, Manuel Merino, quien dio paso al ejecutivo de Francisco Sagasti que ha pilotado el país hasta las elecciones de este año. La falta de confianza en las instituciones y la elevada corrupción explican la preocupante situación política. Castillo contará con un gobierno débil por lo que necesitará más que nunca buscar acuerdos para hacer frente a estos retos mayúsculos e impulsar las reformas necesarias para lograr una recuperación sostenible una vez se supere la crisis sanitaria.

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