17 dic 2023

Cumbre del clima 2023

Entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre se celebró en Emiratos Árabes Unidos la 28ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (conocida como COP28). A diferencia de las ediciones anteriores, las conclusiones de la COP28 dejaron un sentimiento de moderado optimismo, algo que parecía difícilmente alcanzable.

Tras largas y tensas negociaciones, el documento final acordado por los cerca de 200 países reunidos aboga por primera vez por la necesidad de “dejar atrás los combustibles fósiles” para frenar el calentamiento global, lo que constituye un importante giro en la narrativa, un cambio de relato que en la cumbre del pasado año en Egipto se propuso sin éxito. Hasta ahora, los documentos finales de las conferencias del clima se limitaban a mencionar el riesgo de las emisiones de efecto invernadero; en esta ocasión se ha dado un paso más, al identificar y responsabilizar directamente a los hidrocarburos, un mensaje que parecía difícilmente alcanzable ante la férrea oposición ejercida por los miembros de la OPEP, especialmente por Arabia Saudí e Irak. Asimismo, el texto final enfatiza la necesidad de que todos los países tripliquen la capacidad de generación de energías renovables y dupliquen las medidas de mejora de eficiencia energética para 2030. También se ha destacado la importancia de reducir –sin establecer de momento objetivos concretos– las emisiones de metano para finales de esta década. Por otro lado, 50 compañías energéticas (responsables del 40% de la producción de petróleo) se han comprometido a realizar operaciones neutras en carbono en 2050 y a poner fin a la quema rutinaria de gas natural en 2030. Este conjunto de promesas tiene como objetivo, en definitiva, acelerar la transición energética; un proceso ineludible y cada vez más urgente. Según el informe presentado por la presidencia en la cumbre, las previsiones actuales apuntan a un aumento de las temperaturas para finales de este siglo de entre 2,1 – 2,8 grados, un intervalo superior a los objetivos marcados en el Acuerdo de Paris. Los participantes acordaron, asimismo, avanzar en la puesta en marcha de un fondo para compensar a las economías más vulnerables al cambio climático. De momento, los países se han comprometido a aportar 1.000 millones de dólares, un importe decepcionante teniendo en cuenta que, de acuerdo a los cálculos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA, por sus siglas en inglés), en las dos últimas décadas el calentamiento global ha provocado daños por valor de 500.000 mill.$ en las 55 economías más vulnerables. La siguiente edición de la Cumbre del Clima tendrá lugar el próximo año en Azerbaiyán.

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