13 abr 2025
Dos grandes avances: acuerdo con el FMI y retirada parcial del cepo
El tan esperado y necesario acuerdo con el Fondo Monetario Internacional se concretó la semana pasada tras meses de intensas negociaciones. El 11 de abril, el Directorio Ejecutivo del FMI aprobó un programa de Facilidades Extendidas por 20.000 millones de dólares para Argentina, con un desembolso inicial inmediato de 12.000 millones y una primera revisión prevista para junio.
Este respaldo marca un hito para el Gobierno, que busca consolidar los avances fiscales recientes —incluido el primer superávit fiscal en más de una década—, reforzar las reservas del Banco Central y facilitar el regreso del país a los mercados internacionales. El programa incluye metas fiscales estrictas, un nuevo marco monetario y reformas estructurales en áreas clave como el sistema tributario y de las pensiones. Si bien el acuerdo brinda una señal de confianza, expertos advierten que su éxito no está garantizado: dependerá de la implementación sostenida de las reformas y de la capacidad política para sostener la gobernabilidad en un contexto aún frágil y volátil.
En línea con los compromisos asumidos ante el FMI, el Gobierno avanzó con la flexibilización del régimen cambiario. El esquema de devaluación controlada mensual se reemplaza por un sistema de bandas de flotación, en el que el tipo de cambio mayorista podrá moverse entre 1.000 y 1.400 pesos, con ajustes mensuales del 1%. Este nuevo régimen implica en la práctica una devaluación gradual, que ya genera expectativas de inflación adicional y presiona sobre el poder adquisitivo. Para las personas físicas se levantaron completamente las restricciones. En el caso de las empresas se flexibilizó el acceso a dólares, pero se mantienen limitaciones. Las empresas podrán enviar dividendos al exterior únicamente si se corresponden a beneficios generados en ejercicios iniciados a partir de enero de 2025, y se les permitirá afrontar deudas previas mediante el uso del BOPREAL, un bono en pesos emitido por el Banco Central con ese fin. Además, se eliminó el “dólar blend”, que distorsionaba el esquema exportador al permitir liquidar parte de las divisas en mercados paralelos. Si bien el Gobierno presentó estas medidas como señales de normalización y apertura, especialistas advierten que el equilibrio del nuevo régimen dependerá de una gestión muy prudente. Con la inflación en alza, reservas aún en niveles críticos y un clima político complejo, los riesgos de tensiones financieras siguen latentes.