12 ene 2025
El arresto fallido del presidente alarga la crisis política
La crisis política de Corea del Sur sigue sin resolverse después de que el pasado 3 de enero la policía fracasase en el arresto del presidente Yoon Suk-yeol, suspendido por el Congreso tras su fallido intento golpe de Estado del 3 de diciembre.
El Tribunal del Distrito Oeste de Seúl prorrogó, el pasado 7 de enero, la orden de detención e interrogatorio contra el presidente destituido. La prórroga, cuya duración no se especificó, da a la Oficina de Investigación de la Corrupción de Altos Funcionarios (CIO) y a la policía más tiempo para intentar detenerlo nuevamente. A pesar de que las autoridades parecen redoblar sus esfuerzos para arrestarlo, esto parece cada vez más difícil, ya que el Servicio de Seguridad Presidencial ha convertido la residencia presidencial en una fortaleza mediante la instalación de barricadas y alambre de espino. Su jefe, Park Jong-joon, se negó a comparecer ante la policía el 4 de enero para ser interrogado por su papel en impedir la detención. Mientras tanto, se multiplican las protestas de partidarios y detractores de Yoon ante el complejo presidencial, lo que complica los esfuerzos por ejecutar la orden de forma segura. El enfrentamiento presenta además graves riesgos, incluida una potencial escalada de violencia. Si no se resuelve de forma oportuna y pacífica, la situación agravará la inquietud en torno a la capacidad del CIO para llevar a cabo su investigación sobre el presidente y, por extensión, la integridad de las instituciones, la cadena de mando y el Estado de derecho en Corea del Sur.