12 jun 2022

El Ejecutivo lucha por evitar el default y recibir el apoyo del FMI

El nuevo Gobierno de Pakistán dio a conocer el pasado 10 de junio el presupuesto para el próximo año financiero. Las prioridades del Ejecutivo son restaurar los lazos con el FMI y evitar una crisis política que pueda ser aprovechada por parte del ex primer ministro Imran Khan.

El Gobierno del nuevo primer ministro Shehbaz Sharif, que asumió el poder en abril tras la convulsa moción de censura de Khan, afirmó que planeaba aumentar el gasto pero que aun así recortaría drásticamente el déficit en el próximo año fiscal, que va de julio de 2022 a junio de 2023, vía subida de impuestos. La nueva Administración ya ha elevado los precios del combustible y señaló que aumentaría los impuestos en aproximadamente un 17% al tiempo que combate la evasión fiscal. “En los últimos tres años, el equipo incompetente [de Imran Khan] llevó a nuestro amado país al borde de la destrucción”, declaró el ministro de finanzas Miftah Ismail. Asimismo, ha anunciado que planea reducir el déficit fiscal al 4,9% del PIB desde el 8,6% en el que se estima en el año que finaliza ahora. Este compromiso puede ser clave para apuntalar el apoyo financiero del FMI y  calmar los temores de que Pakistán siga los pasos de Sri Lanka declarando el segundo default de un país emergente este año.  En concreto, Pakistán estaría buscando un desembolso inmediato de 900 mill.$ del FMI dentro del acuerdo de cerca de 6.000 mill.$ firmado en 2019. No obstante, los pagos de la deuda están erosionando rápidamente las reservas de divisas de Pakistán (menos de 10.000 mill.$ en el último  mes lo que representa un nivel crítico de menos de dos meses de importaciones) y algunos analistas consideran que incluso la ayuda del FMI puede ser insuficiente para apuntalar la solvencia de un país que debe desembolsar el 44% de sus ingresos públicos anuales para pagar los intereses de la deuda.

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