El magnicidio de Villavicencio marca un convulso periodo electoral

Comienza ahora una nueva campaña electoral, en la que se medirán dos modelos enfrentados de país y será un termómetro para calibrar la revitalización del correísmo. Compiten, de un lado, el partido del ex Presidente Rafael Correa, representante de la ola de fuerzas de izquierda latinoamericana de corte intervencionista, y del otro, Noboa miembro de la élite empresarial y partidario de una mayor ortodoxia económica. La campaña de la primera vuelta saltó por los aires el 9 de agosto, solo 10 días antes de la votación, cuando el candidato Fernando Villavicencio fue tiroteado a la salida de un mitin en Quito, la capital. A pesar de los llamamientos a suspender los comicios, estos tuvieron lugar tal y como estaban planeados. Christian Zurita, el periodista que asumió el rol de candidato presidencial en sustitución de Villavicencio, quedó en tercer lugar. Zurita detalló el pasado 28 de agosto, en una rueda de prensa en la que apareció vestido con chaleco antibalas, sus planes de abandonar el país por motivos de seguridad. La seguridad, de la mano de las mafias del narcotráfico, ha experimentado un importante deterioro en toda la región, pero la situación en Ecuador es especialmente alarmante. La tasa de homicidios se ha cuadruplicado en sólo dos años, transformando al país de uno de los menos violentos de la región a uno de los más violentos del planeta.