12 jun 2022

El trigo como instrumento de negociación

El ministro de asuntos exteriores ruso, Sergei Lavrov, se reunió la pasada semana con su homólogo turco Mevlut Cavusoglu en Ankara para negociar un corredor que diese salida a las exportaciones de trigo ucraniano desde el puerto de Odesa hacia Ankara.

Actualmente, Rusia controla la totalidad del mar de Azov y bloquea militarme la salida de las exportaciones ucranianas del puerto de Odesa, lo que ha dejado 20 millones de toneladas de trigo varadas en el puerto y, por ende, disparado el riesgo de crisis alimentaria alrededor del mundo. Además, se espera que la producción de trigo para la temporada 2022-23 sea menor en Australia, Argentina, China y la UE, los principales productores excluyendo a Rusia y Ucrania. Por último, la oferta se verá también afectada por la decisión de las autoridades indias de prohibir las exportaciones de trigo desde el pasado mes de mayo. De acuerdo con las estimaciones, la producción mundial de trigo ascenderá a 775 millones de toneladas entre el 2022-23, cuatro millones por debajo de la cifra de 2021, mientras que la demanda se situará próxima a los 790 millones de toneladas. Y lo que es peor, las provisiones globales de grano se encuentran por debajo de la media de los últimos 5 años. Mientras Rusia, estima que su producción anual alcanzará una cifra cercana a las 90 millones de toneladas lo que podría situarse como el principal exportador de trigo por tercer año consecutivo, con el 19% de la cuota global. De esta forma, Moscú, que también impuso cuotas a la exportación de trigo, es el principal beneficiado de una situación que él mismo ha creado. Las restricciones a la exportación de trigo y la presión militar en Odesa están imposibilitando la salida del cereal del país lo que contribuye a agravar los desequilibrios entre oferta y demanda globales y presiona al alza sobre el precio de uno de los principales bienes de exportación ruso. Una posición ventajosa que, además, los rusos están empleando para buscar concesiones políticas por parte del bloque occidental como la relajación del régimen de sanciones.

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