28 nov 2021

Elecciones

Los resultados preliminares dan la victoria a la candidata izquierdista Xiomara Castro en las elecciones generales celebradas el pasado 28 de noviembre en Honduras para elegir al sucesor del presidente Juan Orlando Hernández, así como a 128 diputados al Congreso, 20 diputados al Parlamento Centroamericano y 298 Corporaciones Municipales. 

Castro habría obtenido una ventaja sobre Nasry Asfrura de casi 20 puntos con más del 50% de las actas escrutadas. Conviene destacar que la participación, por encima del 68%, supone un récord en la joven democracia hondureña y reviste de legitimidad al ganador. Además, la jornada se desarrolló en relativa calma, aunque con quejas puntuales sobre el complejo sistema de votación, lleno de candados para evitar el fraude.

Dos modelos antagónicos

Honduras debe escoger entre dos polos opuestos. Castro, al frente del Partido Libertad y Refundación (Libre), se presenta como la candidata "feminista, antipatriarcal, revolucionaria e incluyente". Encarna, por tanto, la ruptura con el bipartidismo –de los partidos Nacional y Liberal– que han liderado el país por casi 120 años, lo que le ha permitido capitalizar el hartazgo de la población con la política tradicional. Por su parte, el alcalde de Tegucigalpa se presenta como un hombre cercano a la gente que se ofrece a modernizar el país con obras públicas como ha hecho con la capital. Hasta el último día su campaña compaginaba el lema de “trabajo, trabajo y trabajo” con el de “Patria sí, comunismo no” en referencia a Xiomara Castro. No obstante, Nasry Asfrura, del conservador partido Nacional, se ha visto muy penalizado por las investigaciones que pesan sobre él por supuestas malversaciones de fondos municipales. El papel que desempeña el Estado en los programas de ambos candidatos da cuenta de lo alejado de sus posturas. Para Asfura es necesaria la descentralización y que los municipios administren y ejecuten sus programas. "El papá gobierno no puede seguir operando de la forma como está operando", argumentó durante la campaña, en contraste con la postura de Castro, quien sostuvo que el Estado debe asumir su "responsabilidad de planificar todas sus políticas y actividades sociales", en lo que refiere a los asuntos económicos, de seguridad y de medio ambiente. El aborto ha sido otro punto de discrepancia. Castro, propone la despenalización del aborto en casos de violación y riesgo de vida, frente a Asfura quien sostiene que protegerá "la creación de Dios". La victoria de uno u otro candidato marcará también las relaciones de Honduras con el exterior y sus socios estratégicos. En el caso de un nuevo  gobierno del Partido Nacional se prevé una continuidad en las buenas relaciones con Taiwán, Israel y, sobre todo, con EE.UU. No olvidemos que a Honduras le unen lazos indisolubles con Washington como intereses migratorios (es el principal destino de los hondureños), de lucha contra el narcotráfico (buena parte de la droga que entra a EE.UU. desde Sudamérica pasa por Honduras) y comerciales. En cambio, con Castro se avecinan cambios. En su programa de gobierno señaló su intención de establecer relaciones diplomáticas con China continental lo que podría menoscabar las relaciones con EE.UU, y sobre todo con Taiwán.  

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