16 may 2021

Fracaso de los partidos tradicionales en el plebiscito constitucional

El hartazgo del pueblo chileno con los partidos políticos tradicionales ha quedado patente en la votación del pasado fin de semana en la que se ha elegido a los 155 representantes de la Convención encargada de redactar una nueva Constitución. Con cerca de un 90% de las mesas escrutadas a nivel nacional, los independientes han dado la gran sorpresa tras convertirse en los ganadores indiscutibles de la jornada al conseguir nada menos que 48 de los 155 puestos en el órgano constituyente.

En cambio, la derecha oficialista del presidente Sebastián Piñera, que fue de la mano del Partido Republicano, ha sufrido una fuerte derrota al lograr apenas 37 escaños. La centroizquierda unida en la lista Apruebo –que aglutina a buena parte de la Concertación, que gobernó Chile entre 1990 y 2010–, habría obtenido 25, incluso por debajo de la izquierda de la lista Apruebo Dignidad, que conforman los comunistas y el Frente Amplio, que se queda con 28 puestos en la Convención. Conviene destacar que muchos candidatos sin militancia optaron por presentarse con el respaldo de diferentes colectividades, por lo que no le rinden cuentas a los partidos y a las coaliciones grandes. Será, por tanto, una Convención muy diversa por lo que se prevé que no será nada fácil alcanzar acuerdos. Además, contará con 17 cupos reservados para los pueblos indígenas y tendrá paridad entre hombres y mujeres, algo inédito en el mundo.

│Una nueva Carta Magna

La asamblea constituyente dispondrá de 9 meses para presentar un nuevo texto constitucional, periodo que podrán ser ampliado por 3 meses más si fuera necesario. A mediados de 2022, los chilenos acudirán de nuevo a las urnas para aprobar o rechazar el nuevo texto constitucional propuesto que sustituirá a la actualmente vigente, que fue redactada en 1980 bajo el régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990). Esta fue una de las principales demandas de los manifestantes durante lo que se conoció como el "estallido social", que comenzó en octubre de 2019 y que desembocó en una crítica generalizada del Gobierno y de las propias bases del modelo de crecimiento. El denominado “milagro chileno”, asentado sobre el liberalismo económico y el cobre, permitió tasas de crecimiento notables y, gracias a una política económica prudente, un cuadro macro envidiable en la región, con unos indicadores de solvencia muy favorables. No obstante, los indicadores sociales reflejan que las políticas redistributivas han sido insuficientes, lo que ha derivado en un sentimiento generalizado de injusticia social, con críticas por la elevada brecha social y la desprotección que sufren los sectores de la población más vulnerables. Muchos confían en que la nueva Constitución asignará al Estado un papel más protagonista en lo social, garantizando el acceso a todos los ciudadanos a servicios básicos como la salud o la educación.

│Baja participación

Se estima que habría votado tan solo el 43% del padrón conformado por 14,9 millones de personas. Lo cierto es que el contexto no era favorable para una jornada electoral en plena pandemia, con 37.617 casos activos, una crisis económica que dificulta incluso el pago del transporte público para concurrir a locales que muchas veces quedan lejos de los domicilios, el retraso de esta elección (que estaba programada originalmente para abril) y la dificultad propia de un proceso con cuatro votaciones simultáneas. En el momento de redacción de estas líneas se desconoce todavía la cifra de participación real, una cuestión que inquieta a las autoridades y expertos, sobre todo con miras a la legitimidad del proceso constituyente.

│Elecciones locales

Los votantes también eligieron gobernadores regionales, alcaldes y concejales locales, en unos comicios considerados como una prueba de fuego de cara a las elecciones presidenciales, que se celebrarán en noviembre. El varapalo al partido oficialista fue patente también en este caso ya que perdió municipios importantes, como Maipú, Estación Central y Viña del Mar. El Partido Comunista incluso le ha arrebatado la alcaldía de Santiago, la de mayor simbolismo. "No estamos sintonizando adecuadamente con las demandas de la ciudadanía", afirmó el presidente Piñera consciente de que los resultados de la doble jornada reflejan un claro descontento ciudadano hacia la gestión de su gobierno.

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