Frenazo económico

En el conjunto del ejercicio, el PIB aumentó un 2%, lejos del 6,5% registrado en 2022. La fuerte desaceleración se debió, en buena medida, a la movilización de 300.000 reservistas, que han dejado temporalmente sus empleos para incorporarse al servicio militar. También ha afectado negativamente el mal comportamiento del turismo, así como el establecimiento de estrictas restricciones en el movimiento de los trabajadores palestinos residentes en Cisjordania, una medida que ha provocado un déficit de mano de obra en algunos sectores, como la construcción. Por su parte, se calcula que el déficit fiscal se situó cerca del 7% del PIB el pasado año, como consecuencia del sustancial aumento del presupuesto de defensa y de los gastos asociados a los cerca de 120.000 ciudadanos que han sido evacuados de las zonas fronterizas a la Franja y a Líbano. Recientemente el Banco Central de Israel indicó que el conflicto podría conllevar un coste de 69.000 mill.$ a lo largo del periodo 2023-2025. Ante el deterioro de la coyuntura económica, la agencia de calificación Moody’s rebajó en un escalón el rating del país, hasta A2, con perspectiva negativa. En su informe, la agencia señala que el conflicto ha aumentado sustancialmente el riesgo político del país; ha debilitado al Ejecutivo y a las instituciones legislativas, y ha erosionado la fortaleza fiscal.