23 ene 2022

Motín militar

En Burkina Faso los soldados han protagonizado, el 23 de enero, una revuelta en varias bases del ejército para exigir la salida de los jefes del ejército y mejores medios para combatir a los extremistas.

El día anterior estallaron también enfrentamientos entre policías y manifestantes en la capital, Uagadugú. La policía antidisturbios tuvo que recurrir a gases lacrimógenos para dispersar a las multitudes que protestaban contra la inseguridad. El gobierno niega que la revuelta militar se trate de un golpe de estado. El levantamiento del ejército es la última amenaza al Presidente Kaboré envuelto en una permanente crisis de seguridad por el azote de la violencia yihadista desde 2015. El peor ataque de los últimos años, perpetrado en junio de 2021, se saldó con la muerte de cerca de 150 personas en la aldea de Solhan, en el noreste del país. Los asesinatos provocaron manifestaciones contra la inseguridad y los ministros de Defensa y Seguridad fueron despedidos. Los ataques se han seguido sucediendo, el pasado noviembre, al menos 57 personas, 53 de ellas gendarmes, fueron masacradas en un asalto a una comisaría de policía en Inata, lo que provocó nuevas protestas. En diciembre, Christophe Dabire renunció como primer ministro y entregó las riendas del gabinete ministerial a Lassina Zerbo, quien instó a la unidad nacional. Tras menos de un mes en el cargo se encuentra con un motín militar que refleja la precaria situación de seguridad e inestabilidad que vive el país.

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