04 sep 2022

Rechazo masivo a la nueva Constitución

Una contundente mayoría rechazó el pasado domingo 4 de septiembre la propuesta de Constitución que aspiraba a sustituir a la redactada en 1980, bajo el régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1989). Con el 99,4% de las mesas escrutadas y una histórica participación de 13 millones de personas el voto era obligatorio en el referéndum, el "rechazo" obtuvo casi un 62% de votos frente al 38% del "apruebo".

El nuevo borrador introducía temas como la igualdad de género, la protección de los derechos indígenas, el medio ambiente o el acceso equitativo a la educación. La derrota, mayor de lo que vaticinaban las encuestas, supone un fuerte varapalo para el Gobierno de Gabriel Boric, quien poco después de conocerse el resultado prometió “construir en conjunto con el Congreso y la sociedad civil un nuevo itinerario constituyente”. Además, dejó entrever que emprenderá una remodelación de su gabinete en los próximos días. Todo apunta a que cambiará a parte de la nueva generación de izquierda que instaló en su primer equipo y entre ellos a Giorgio Jackson, su ministro de la Secretaría General de la Presidencia, que lleva las relaciones con el Congreso. La derecha opositora, que promovía el "rechazo", se ha comprometido a negociar para elaborar un nuevo texto o para modificar el texto actual. Como se recordará, en octubre de 2020, el 80% de los chilenos votaron a favor de reformar la Carta Magna. Esta fue una de las principales demandas de los manifestantes durante lo que se conoció como el "estallido social", que comenzó en octubre de 2019 y que desembocó en una crítica generalizada del Gobierno y de las propias bases del modelo de crecimiento.

¿Qué ha fallado?

Entre las causas del rechazo destaca, en primer lugar, la falta de pluralidad política de la Convención Constitucional encargada de redactar el texto, donde la representación de delegados de izquierdas superaba con creces la de los conservadores. Este factor ha sido una de las principales causas de la polarización del proceso constituyente, dado que varios de los artículos más polémicos del nuevo texto fueron aprobados con la oposición total de los 37 integrantes de la derecha e incluso de los redactores de centroizquierda. A ello se suman las críticas sobre la vaguedad de muchos artículos del texto. Entre los más polémicos figura el que reconoce al país de forma explícita como un estado plurinacional, algo que en el contexto latinoamericano está relacionado con sistemas propios de derechos y leyes para los grupos indígenas. Actualmente, solo Ecuador y Bolivia cuentan con este reconocimiento en su Carta Magna. Las cuestiones relacionadas con las comunidades indígenas, que suponen el 12,9% de la población chilena, han sido las más controvertidas. No olvidemos que el debate se desarrolla en medio de una crisis de seguridad en el sur del país por los enfrentamientos del pueblo mapuche contra las fuerzas del Estado por los derechos territoriales y de extracción de recursos. Por último, para muchos chilenos este ha sido también un plebiscito sobre el gobierno. Votar contra el nuevo texto implica, para muchos chilenos, votar contra el Ejecutivo. Se abre una nueva etapa en el proceso constituyente que exigirá de un elevado consenso y que todo apunta a que será larga y compleja.

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