26 jun 2022

Sin opciones

Rusia ha agotado todos los plazos para hacer frente al pago de su deuda extranjera, lo que sitúa al país al borde del “default” por primera vez desde la crisis financiera de 1998.

Se cumplen así los 30 días de período de gracia en los que el país aún podía hacer frente a sus obligaciones y evitar el impago. Se trata de un escenario que ya se veía venir tras el endurecimiento de las sanciones por parte del bloque occidental el mes pasado. Por un lado, Estados Unidos no renovó la exención que permitía a Rusia hacer el pago de su deuda a través del Tesoro estadounidense. Por otro lado, a comienzos de junio Bruselas impuso sanciones sobre el Depósito de Valores Nacional, la institución que Rusia estaba utilizando para transferir el pago en dólares a los inversores internacionales. Las autoridades rusas han tratado de hacer frente al pago de la deuda en rublos, pese a que las condiciones de emisión de los bonos no contemplan dicha disposición. La cotización del rublo apenas se ha resentido a lo largo de la jornada, ya que el default no se debe a la falta de fondos sino que es consecuencia de las sanciones. Conviene señalar, sin embargo, que la cotización del rublo, que ha recuperado su valor tras el derrumbe inicial, es más un reflejo de los ingresos por exportaciones y del superávit por cuenta corriente que está registrando Rusia que de la salud real de la economía. De hecho, se espera que Rusia caiga en recesión en 2022 y registre una contracción del PIB del orden del 10%, mientras que la inflación podría superar el 20% a lo largo de este año.

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