30 nov 2025
El presidente Embaló destituido tras las elecciones: ¿golpe militar o teatro?
El pasado miércoles 26 de noviembre, después de que se oyera ruido de tiros cerca del Palacio Presidencial de Bissau, un grupo de militares anunció en televisión que habían derrocado al gobierno de Umaro Sissoco Embaló y que “tomaban el control total del país”.
En ese momento se esperaba al resultado definitivo de las elecciones generales celebradas apenas tres días antes, pero el proceso se paralizó, por lo que todavía se desconoce el ganador oficial. La noche previa, tanto Embaló como el candidato de la oposición, Fernando Dias de Costa, se habían autoproclamado victoriosos. Tras la asonada militar, Embaló pudo mantener su teléfono y dar múltiples entrevistas a medios internacionales, para luego partir hacia Senegal, y posteriormente al Congo. La junta ha detenido al histórico opositor Domingos Pereira (al que se le había prohibido presentarse a los comicios por una tecnicidad) al que mantiene incomunicado. El candidato Dias da Costa está escondido, y denuncia que lo sucedido no se trata de un golpe de Estado, sino de una transferencia de poder pactada para evitar la publicación de los resultados y un eventual traspaso de poder a la oposición. El líder de la junta militar y nuevo presidente interino, el general Horta N’ta, era jefe de Estado Mayor particular de Embaló, y el nuevo primer ministro, su ministro de Finanzas y director de su campaña electoral; Dias da Costa insiste en la fidelidad de estos hombres al expresidente. En los últimos días, son muchas las voces que se han alzado para cuestionar la narrativa oficial y denunciar las irregularidades ocurridas. No es la primera vez que Embaló está inmerso en controversias similares: en diciembre de 2023, disolvió el parlamento alegando un “intento de golpe”, lo que para muchos fue un simple engaño para consolidar su poder. Desde entonces, ha gobernado por decreto. Cabe destacar, además, que el país sufre un grave problema de narcotráfico, y que las mafias que lo sostienen son una importante fuente de inestabilidad política. Más allá de las sospechas y las dudas que protagonizan el debate en Guinea Bissau, la reacción internacional ha sido de condena sin ambages al cambio de gobierno inconstitucional. La Unión Africana y la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) han suspendido inmediatamente al país de sus órganos y actividades.