15 ene 2015

Claves para exportar a Lituania, el nuevo socio del euro

Lituania ha necesitado dos intentos, pero, por fin, lo ha conseguido. Desde el 1 de enero de 2015 ya es el socio número 19 del club del euro. El suspenso cosechado en 2006 estimuló de tal manera a las autoridades del país para superar las condiciones de Maastricht de  ingreso en el euro que con el esfuerzo no solo se han batido éstas con creces, sino que también se ha notado en todas las áreas de la economía, incluso a la hora de hacer negocios.

Según la encuesta Doing Business, que publica todos los años el Banco Mundial, Lituania está en el puesto número 17 del ranking mundial de los países con más facilidad para hacer negocios. Diez posiciones por encima de la que consiguió en 2013, y delante de países tan prestigiosos como Canadá, Alemania o de su vecina Estonia.

En alguna ocasión ya hemos hablado en ese blog del atractivo de los países bálticos como destino de exportadores y negocios internacionales. Hasta ahora, Lituania era la oveja negra de los tigres del báltico debido al hándicap de no pertenecer al euro, pero ese inconveniente ya es historia desde el  1 de enero. Aunque el tamaño de Lituania, su PIB apenas supera los 35 millones de euros, no le hace especialmente atractivo, su situación geográfica y sus condiciones económicas le convierten en un país a tener en cuenta, sobre todo, para las empresas relacionadas con el comercio electrónico y con intereses en Rusia y alrededores. Y es que, Lituania es el segundo país del mundo con las conexiones a Internet más rápidas, el primero es Singapur.

Además, su capital, Vilnius, encabeza el ranking global en velocidad de subida de datos. Este atractivo tecnológico se completa con una mano de obra considerablemente más barata que en el resto de países de la zona del euro y una de las mejores condiciones económicas  de toda Europa. Superado el inconveniente del cambio de moneda, ahora, se convierte en un destino ideal para que muchas empresas europeas instalen allí potentes infraestructuras de comunicación con las que dar servicio a sus actividades tecnológicas.

También, como el resto de repúblicas bálticas, ofrece un enclave logístico privilegiado para dar servicio a Rusia, y a las antiguas repúblicas soviéticas que bordean el mar báltico. Otro interesante motivo por el que plantearse hacer negocios allí es que el país todavía es uno de los destinatarios de los fondos de cohesión  de la Unión Europea, especialmente en el sector energético y de infraestructuras.

Lo seguirá siendo, al menos, hasta 2021. En los últimos tres años, alrededor de 1.800 empresas españolas han exportado regularmente a Lituania, según los datos del Ministerio de Asuntos Exteriores. Los sectores con más actividad han sido: químicos, agroalimentarios (hortalizas y cítricos) y bebidas (vinos con D.O. y de mesa), así como electrodomésticos y componentes (equipos audiovisuales). La clave para triunfar en los negocios lituanos es la reputación. En un país tan pequeño ocurre como en los pueblos, que todo se sabe.

Los empresarios españoles deben elegir con cuidado exquisito un socio local que les facilite la relación con las autoridades y, sobre todo, ser muy prudentes en las relaciones personales y de negocios. Una broma fuera de tono o mal entendida puede arruinar un negocio. Más allá de estas precauciones, instalarse en Lituania no es complicado.

La fórmula más generalizada, para pequeños exportadores, es la sociedad de responsabilidad limitada, que requiere un capital social mínimo que no llega a 3.000 euros. Para constituirla los únicos requisitos, además del dinero, son presentar unos estatutos aprobados por los fundadores y presentar una cuenta bancaria lituana. Otro punto de interés de cara a exportar a Lituania es el paquete de incentivos para empresas extranjeras que ofrece el país.

Por un lado, están las llamadas vacaciones fiscales para los beneficios empresariales durante los tres primeros años de actividad. Los siguientes tres años, se puede disfrutar de una reducción del 50% si se cumplen dos requisitos: facturar más de tres millones de euros y que el socio local tenga al menos un 70% de la propiedad de la compañía.

Además, Lituania dispone de tres zonas francas en las principales ciudades industriales del país: Siauliai, Klaipéda y Kaunas.  En ellas, las empresas que invierten más de 1 millón de euros están exentas de impuestos durante los cinco primeros años de actividad y tienen una reducción del 50% en los siguientes 10 años. Para inversiones inferiores al millón, también hay reducciones fiscales del 80% durante los primeros 5 años.

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