La guerra comercial China-EEUU se embarra, pese al daño económico
10 nov 2019
La guerra comercial China-EEUU se embarra, pese al daño económico
Las delegaciones que cincelan el tratado bilateral anunciaron un acuerdo sobre la primera fase de diálogo. Pero Donald Trump frenó en seco el fin de los gravámenes.
El pasado 6 de noviembre, China y Estados Unidos anunciaron haber alcanzado un consenso de carácter preliminar, tras dos semanas de negociaciones de sus equipos oficiales, para retirar por fases, determinados aranceles que se han impuesto mutuamente en la guerra comercial que vienen librando en los últimos 18 meses. El anuncio lo realizó, en primera instancia, el Ministerio de Comercio en Pekín; horas después fue confirmado por un alto cargo de la Administración de EEUU. En línea con la pretensión, declarada personalmente unas fechas antes, por el presidente Donald Trump, quien desveló su intención de firmar un acuerdo con su homólogo chino durante la cumbre de la APEC en Chile, que se iba a celebrar los próximos días 16 y 17 en Santiago y que ha sido cancelada por el Gobierno de Sebastián Piñera debido a las protestas multitudinarias en su país. Pero el clima de entendimiento entre Pekín y Washington, por el que ambas potencias declararon ?haber acordado la supresión de los paulatinos aumentos arancelarios a medida que progresen sus negociaciones? tras dos semanas de ?negociaciones constructivas? fue flor de un día. El tiempo que el dirigente republicano tardó en enterrar los buenos augurios. ?Quieren que los retiremos?, dijo Trump, ?pero no he acordado nada?. La rotundidad del actual inquilino de la Casa Blanca fue total: ?Quieren llegar a un acuerdo más que nosotros?, porque ?a China le gustaría algún tipo de retirada no completa porque saben que no lo haré?. En alusión a la idea de Pekín de lograr la supresión de las subidas de tarifas impuestas por Washington. Los equipos de negociación de los dos países tratan, en paralelo, de definir el texto final con el que se cerraría la primera fase de la negociación, de la que se ha filtrado que la opción más probable ?pasaría por suspender los que entrarán en vigor a partir del 15 de diciembre?. Una especie de tregua de suma fragilidad. Entretanto, las dos economías más importantes del planeta emiten debilidades derivadas de un escenario de suma incertidumbre. Así lo manifiesta sin tapujos la Agencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad) en un informe del pasado 8 de noviembre, en el que deja poco espacio a la duda sobre los efectos colaterales, dañinos, que penden sobre la actividad de ambas potencias una interrupción tan brusca de sus intercambios comerciales y de servicios. En el mismo, los expertos de esta institución, que se ha labrado un alto prestigio por sus análisis sobre los flujos de capitales y de inversión globales, inciden en que el comercio bilateral entre ambas superpotencias ?ha descendido drásticamente? y que las batallas arancelarias que se han desencadenado, ?han elevado los precios que pagan finalmente los consumidores? y han traído alternativas, desde otros mercados no involucrados directamente en las hostilidades, dirigidas a mantener las importaciones de los productos que sus economías demandan para crear vigor y dinamismo. Más en concreto, asegura que el alza arancelaria decretado por EEUU a mediados de 2018, ha reducido la importación de los productos involucrados en los incrementos de tarifas en más de un 25%. Este parón de las exportaciones chinas a generado ventajas competitivas en sus sectores exteriores a Taiwán, México, UE y Vietnam, entre otros mercados.

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