15 dic 2016

Las lecciones que los emprendedores deben aprender de los fracasos

Walt Disney comenzó su carrera profesional trabajando en un periódico del que fue despedido acusado de falta de creatividad. Trató de recuperarse del revés creando una empresa de animación llamada Laught-o-Gram Films, con 15.000 dólares, que tuvo que cerrar al quedarse sin distribuidores.

Bill Gates empezó en el mundo empresarial con una firma llamada Traf-O-Data, cuyo objetivo era procesar y analizar datos del tráfico que se movía en las ciudades. Fue un desastre que llevó al bueno de Gates a la bancarrota.

El fallecido Steve Jobs fue despedido de su propia empresa porque era un mal gestor.

Los ejemplos de tres de los empresarios más importantes de los últimos 60 años demuestran que hasta los más brillantes fracasan. Pero lo que les diferencia de otros emprendedores es que han sabido enfrentarse a su peor momento y extraer de él las oportunas lecciones para no volver a cometer los mismos fallos.

Solo así se explica que tras los desastres empresariales comentados, Disney creará la mayor compañía de animación del mundo, Gates sea uno de los hombres más ricos del planeta gracias a Microsoft y Jobs haya cambiado la forma de entender la tecnología con los productos que Apple ha lanzado en los últimos 15 años.

Si se pretende formar parte del selecto club de los emprendedores que han sido capaces de levantar negocios de éxito, es imprescindible tomarse los contratiempos como una parte del devenir de los nuevos negocios. Por tanto lo más importante de todo es no venirse abajo y aprender a lidiar con el fracaso.

Aquí les mostramos seis pasos que pueden ser útiles de cara a levantarse de un tropiezo y regresar al camino del éxito.

Aceptación

Es imprescindible aceptar un error y no tratar de ocultarlo. Ignorar un problema no lo resuelve. Muy al contrario, lo que ocurre es que algo que podría haberse solucionado se hace más grande y ya no hay manera de resolverlo. Es importante recordar que los errores forman parte de la condición humana por lo que no hay que avergonzarse de cometerlos. También viene bien considerar que el abandono de la zona de confort eleva el riesgo de cometer equivocaciones.

Dar rienda suelta a las emociones

La única manera de levantarse cuando se toca fondo es dando rienda suelta a las emociones. Un mal episodio empresarial requiere de una reacción, o de varias. Así que no tenga inconvenientes en hacer lo necesario para sacar todo lo tiene dentro. Retener la ira, la ansiedad o el resentimiento impide ver más allá del error y, por lo tanto, imposibilita cualquier intento por recuperar la senda correcta de los negocios más rentables.

Inicie un periodo de reflexión

Tras superar las fases de aceptación y liberación llega el momento en el que el emprendedor tiene que darse un tiempo para saber qué pasó con el fin de evitar que los mismos inconvenientes vuelvan a adquirir un desagradable protagonismo. Llegados a este punto existen tres preguntas que uno mismo se puede formular para descubrir la raíz del fallo y ser capaz de superarlo. ¿Qué lecciones puedo aprender de esta situación? ¿Cuáles son los resultados positivos de esto? ¿Cómo este inconveniente me ha permitido crecer como persona? Ser capaz de responder a estas cuestiones le permitirá descubrir las oportunidades que siempre surgen tras una dolorosa derrota.

Asuma la responsabilidad

Es necesario ser honesto acerca de su traspié y aprender de la experiencia. Asumir la responsabilidad del error es fundamental para demostrar a los demás que se puede confiar en usted, lo que permitirá recuperar el apoyo de inversores y empleados para otro proyecto empresarial.

Vea la parte positiva

Cierto. Usted es un emprendedor que ha fracasado. Sus negocios de éxito no han sido tal y toca volver a empezar. Antes de ponerse a ello es positivo que vea la parte positiva de lo que le ha llevado al error. Lo primero que debe hacer es estudiar todos los puntos hasta descubrir si debe cambiar sus metas o la forma de acercarse a ellas de cara a no volver a equivocarse. El fracaso debe enseñarle a saber que un determinado enfoque puede que no sea el ideal para alcanzar una meta específica. Pero eso implica que deben existir otros enfoques que debe considerar y que quizá si le sirvan para superar los retos. Otra lección positiva que se puede extraer de un traspié es que una vez cometido el miedo a hacerlo mal disminuye. Obtenga ventaja de esa circunstancia y de que lo más importante es no darse por vencido y perseverar en el intento.

Tome las medidas para que no se vuelva a repetir y siga adelante

La última lección que se debe extraer de un fracaso es la de poner en marcha las medidas necesarias para que en nuestro nuevo proyecto empresarial no se incurra en los mismos errores. Si lo hace, el proyecto saldrá fortalecido, ya que usted ha aprendido unas valiosas lecciones que sólo conoce usted y que le sitúan por delante de la competencia.

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