18 dic 2017

La UE cierra con Japón su mayor acuerdo de libre comercio

Europa y Japón se adentran en una nueva era de relaciones económico-comerciales, impulsoras de la libertad de tránsito, frente a los defensores del proteccionismo.

 

La Unión Europea (UE) y Japón llegaron al acuerdo el pasado 8 de diciembre las negociaciones para la creación del mayor espacio de libre comercio del planeta que, además, incluye en su texto de rúbrica un nítido y contundente rechazo a la política de proteccionismo comercial de Donald Trump.

Las dos partes, que se comprometieron en julio pasado a sellar el pacto antes de la conclusión de este año, admitieron que la firma protocolaria queda tan sólo a expensas de los últimos flecos jurídicos para que entre en vigor una alianza que permitirá la libre circulación de bienes, mercancía y servicios equivalente al 30% del comercio global. Tenemos buenas noticias, justo para Navidades, adelantó la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, que se fijó como prioridad de su departamento el acuerdo con Japón tras la muerte clínica del TTIP, el tratado de libre comercio con EEUU, que encalló tras la llegada de Trump a la Casa Blanca.

Una premonición que fue corroborada pocas fechas después por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien enfatizó -además- que a la entente cordiale se incorpora un acuerdo de asociación estratégica. Y por el primer ministro nipón, Shinzo Abe, para quien Japón y Europa construirán de la mano una zona económica con leyes basadas en el libre tránsito de mercancías y servicios que será el modelo de tratados comerciales que se instaurarán en el orden económico internacional del Siglo XXI.

Japón y Europa

Japón es uno de los países signatarios de la Asociación Trans-Pacífica (TPP), unión aduanera de doce mercados de una y otra orilla del Océano Pacífico. Mientras que Europa, en paralelo, se apresura en estas fechas previas al cambio de año a sellar otra área de libre comercio con las naciones de Mercosur y México. Ambos se han erigido, junto a China y, de manera más sutil, Reino Unido, en los principales valedores de los acuerdos comerciales bajo las directrices de las reglas de la OMC.

Europa y Japón han iniciado una nueva era en las relaciones económicas mundiales explicó Abe. Malmström también aprovechó la ocasión para recalcar que Europa y Japón ?han mandado un mensaje de defensa férrea del libre mercado bajo las reglas de la globalización?.

El acuerdo y la Unión Europea

Con este acuerdo, que afecta a los 28 socios de la Unión y a la tercera economía del planeta, se desmantelarán el 10% de las tarifas sobre los vehículos japoneses y el 3% de los componentes del automóvil que Tokio exporta a Europa. En un contexto en el que las firmas de la UE vendieron al Imperio del Sol Naciente, en 2015, más de 58.000 millones de euros en bienes y otros 28.000 millones en servicios (ver cuadro adjunto). La UE, por su parte, se beneficiará del desarme de los aranceles japoneses sobre el queso, del 30%, y sobre el vino, del 15%, además de mejorar los accesos comerciales a las carnes de vacuno y porcino y mayores ventajas a líneas de financiación de instituciones crediticias niponas.

En los últimos cinco meses, los negociadores lograron desbloquear asuntos sensibles como los desarmes arancelarios sobre los servicios, la cooperación regulatoria y la protección fitosanitaria sobre comestibles y bebidas, que incluyen acuerdos complejos de denominaciones de origen. En especial, para las exigentes normas europeas.

Flecos pendientes: garantías de repatriación de beneficios y resolución de conflictos

Tokio es más partidario de que los litigios entre empresas y entre el sector privado y los estados se dirimen en tribunales internacionales, mientras Bruselas se desmarca de todo intento de aplicar opacidad a este tipo de dictámenes.

Estos asuntos requieren de más deliberaciones, que se retrasarán hasta el comienzo de 2018, pero el resto del acuerdo está cerrado, explicó Malmström.

Un nuevo mercado de oportunidades

Por su parte, el titular de Exteriores nipón, Taro Kono, incidió en que el partenariado económico abrirá un inmenso mercado de oportunidades para ambos países, dada la cooperación reforzada entre Europa y Japón en materia económica, política y comercial pero también y, sobre todo, en la preservación del medio ambiente porque asumirá los objetivos contra el cambio climático que emanen de los acuerdos ecológicos internacionales. En total, se suprimirán 1.000 millones de euros anuales en tasas arancelarias anuales a las empresas europeas que exportan a Japón, un mercado de algo más de 127 millones de consumidores.

Ventajas para el sector servicios: área financiera, e-commerce, telecomunicaciones y transporte/logística

A través de mayores garantías de acceso al entramado contractual con administraciones locales japonesas y la eliminación de barreras legales que dificultan la entrada de capital foráneo en sectores estratégicos como el ferroviario, a nivel nacional.

De igual forma, se estipula un periodo transitorio para el comercio bilateral de industrias especialmente sensibles, como la automovilística. Pero el acuerdo también estipula normas homologables en materia laboral, medioambiental, de seguridad o de protección de los consumidores, así como el reforzamiento de las sanciones entre ambos bloques sobre salvaguardias de servicios públicos y acciones para garantizar el desarrollo sostenible de los negocios e iniciativas conjuntas.

De igual forma, el pacto incluye cláusulas específicas sobre privacidad y protección de datos personales, sobre veracidad en las transacciones comerciales, respeto a los derechos fundamentales y fomento y desarrollo de la economía digital. El compromiso habla de adopción de paneles jurídicos de todos estos asuntos ya en 2018. Aunque el acuerdo será efectivo una vez reciba la aprobación del Parlamento Europeo y de los estados miembros de la UE, por lo que las estimaciones hablan de la entrada en vigor definitiva antes de que expire el actual mandato de la Comisión Europea, en 2019.

En el capítulo de las predicciones, los expertos comunitarios hablan de 600.000 nuevos puestos de trabajo en las empresas europeas con intereses en Japón y otros 550.000 empleos en firmas japonesas radicadas en Europa, un repunte exportador de entre un 16% y un 24%, si bien estos porcentajes resultan insignificantes en comparación con las previsiones de aumento del 170% de alimentos y bebidas. Un cheque adicional superior a los 10.000 millones de euros, según los cálculos de la Comisión. Por su parte, la UE importará un 22% de productos químicos nipones (valorados en algo más de 3.000 millones de euros), así como un 16% más de maquinaria eléctrica, que añadirán 650 millones a las exportaciones japonesas a Europa. Casi 74.000 compañías europeas venden a Japón de forma habitual. Casi todas, pymes.

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