15 mar 2017

El won surcoreano irrumpe como divisa triunfadora de un dólar fuerte

El retorno al dólar fuerte ha generado convulsión en el mercado de divisas. El won surcoreano consolida su atractivo inversor bajo el nuevo reinado del billete verde.

 

La declarada vuelta a la política del dólar fuerte, que EEUU abandonó durante su recesión de 2003 por la tormenta bursátil de las punto.com, y que se ha prolongado bajo el doble mandato de Barack Obama, ha agitado enormemente los mercados de divisas. En especial, las monedas de varios de los grandes mercados emergentes. Pero también ha afectado al valor de los dos principales rivales del billete verde -el euro y el yen-, con los que la divisa norteamericana ha ido perdiendo peso como moneda de referencia en las reservas monetarias de los bancos centrales.

Aun así, la hegemonía del dólar nunca se ha puesto en cuestión. Siempre se han denominado bajo su valor de mercado las transacciones tanto de crudo como de gas. Es donde su reinado ha sido incuestionable. A pesar de los avatares económicos y financieros. Sin embargo, con la llegada de la Administración Trump y su declarado propósito de devolver al dólar el esplendor ligeramente perdido del último decenio, la volatilidad ha arreciado -desde la toma de posesión del cargo del nuevo presidente de EEUU-, entre los inversores en general, y entre los empresarios del sector exterior, sometidos al cálculo constante de los cambios de divisas para realizar sus negocios, en particular.

En síntesis, la revalorización del dólar frente al euro y el yen es una constante. Al igual que las fluctuaciones de alta intensidad que se han registrado en monedas de países a los que el viraje económico, comercial y fiscal del nuevo inquilino de la Casa Blanca puede ocasionar efectos colaterales. Entre otras, el peso mexicano, la lira turca o el dólar australiano, según coinciden en señalar los bancos de inversión. Sin olvidar la libra y su difícil acomodo tras el Brexit como referente inversor.

En medio de este complejo panorama, que se combina con acusaciones, desde Washington, de manipulación del renminbi, hacia el Gobierno de China, o de mantener artificialmente bajo el valor del euro, un mensaje expreso al Ejecutivo de Alemania para fomentar sus exportaciones, emerge una divisa con musculación propia: el won surcoreano.

La divisa que más valor perdió durante la crisis financiera asiática de 1997, la que inició la carrera de devaluaciones del bath tailandés por todos los llamados tigres asiáticos, y que desembocó en una crisis económica y social sin precedente en Corea del Sur, brilla ahora en el gran mercado global, Asia. Su valor frente al dólar ha crecido un 5,3% desde el comienzo de este ejercicio. Eso sí, en medio de volatilidades de hasta el 11%.

La explicación del consenso del mercado es que el won es especialmente sensible, pero también resistente, a los riesgos económicos y políticos. Quizás por ser la divisa con más capacidad de liquidez y atracción inversora entre las economías emergentes del continente asiático. Algo que genera estabilidad a la hora de calcular los seguros de riesgo político y económico a la exportación. Sólo así se entiende que su valor se haya revalorizado con incertidumbres de calado como el reciente proceso de destitución de la presidenta del país, Park Geunhye, o las incógnitas sobre el giro en la estrategia económica estadounidense.

El won es la divisa preferida para hacer negocios en el Sudeste Asiático, porque está sostenida y amparada por el mercado financiero más profundo y avanzado de la región, aseguran analistas y expertos de mercado. De media, el volumen de operaciones comercializadas con la divisa surcoreana ha crecido, diariamente, un 31%, hasta totalizar 84.000 millones de dólares entre 2013 y 2016.

También cuenta el fulgurante dinamismo de una economía que ha sabido dar el salto hacia la digitalización, la reindustrialización y la sofisticación profesional, bajo las directrices de una rigurosa política productiva, dirigida desde el Gobierno, pero consolidada por los agentes sociales y económicos e impulsada por un impulso educativo de creciente calidad.

Eddie Cheung, estratega de divisas en Standard Chartered, precisa, como diagnóstico adicional, que el won refleja la salud de las exportaciones asiáticas. Y también de las surcoreanas. Muchos de los bienes y servicios surcoreanos se dirigen hacia EEUU. Una orientación vendedora que han revitalizado multinacionales como la tecnológica Samsung o la automovilística Hyundai.

Fruto de este proceso es el espectacular aumento exportador del país en enero: del 11,2% en términos interanuales. O los 5.100 millones de dólares que, desde el inicio de 2017, han entrado en el mercado surcoreano, a modo de inversiones bursátiles o a través de bonos soberanos, denominados en won.

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