09 abr 2013
Diez palabras clave al enfrentarse a la aventura de emprender
Nunca emprenderíamos nada si quisiéramos asegurar por anticipado el éxito de nuestra empresa?. La frase es de Napoleón, estratega donde los haya a lo largo de la historia. Si quieres triunfar con tu iniciativa emprendedora, debes colocar tu ejército de la manera correcta. Una artillería que deberá estar compuesta por las siguientes palabras:
1. Optimismo.
La precipitación y la falta de planificación no son buenos compañeros de viaje. Pensar así me gusta, así lo hago, es una mala receta. Hay que pensar más con la pluma y la calculadora, y menos con el corazón. Un emprendedor no puede ser un optimista desinformado.
2. Mercado.
Hay que saber en lo que uno se está metiendo y ser realista. Pensar que la idea es genial, y que es un éxito seguro, es un grave error. Hay que asumir que las cosas irán mal algunas veces. Lo que a uno le gusta puede no gustarle al mercado y al público, que es quien al final compra.
3. Dinero.
Muchos proyectos se mueren por la falta de recursos. Si se empieza a funcionar sin la financiación suficiente, el fracaso es probable. Y cuando no se tiene ni producto ni prototipo, es muy difícil conseguir financiación de las fuentes tradicionales.
4. Secretos.
Hay emprendedores que no quieren comentar su idea con nadie por miedo a que se la copien. Con esa actitud está cerrando la puerta a opiniones, comentarios y análisis de otras personas (sean expertas o no) que pueden aportar valor al proyecto o, a veces, hacerle ver que la idea es de lo más descabellada.
5. Personas.
Rodearse de un buen equipo de personas que complementen las carencias del emprendedor, en cuanto a competencias profesionales y perfiles, es imprescindible. Hay que tener buenos compañeros de viaje y no creerse un superman o una superwoman.
6. Gestión.
Un error común es no administrar los recursos financieros de forma que puedan realimentar el proceso de financiación de compras. Se trata de no ir tanto al banco, sino hacer una buena gestión de ventas para cubrir necesidades y expectativas.
7. Derroche.
Es una consecuencia del optimismo inicial. Tampoco se trata de andar racaneando, sino de hacer una buena previsión de gastos para no quedarse corto a los seis o doce meses de vida de la empresa.
8. Ayudas.
No debes pensar que las subvenciones serán tu salvavidas. Si llegan, lo suelen hacer tarde. Y no las consigue todo el mundo.
9. Esfuerzo.
La falta de foco comercial es peligrosa. Hay que focalizarse en un determinado tipo de cliente y, luego, ampliar. Si puede ser, en el área en la que se es competente.
10. Rival.
Ignorar que existe la competencia, y pensar que el producto es fantástico, mejor que ningún otro, son dos minas que te pueden explotar. Porque, tarde o temprano, llegará la competencia.
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