25 ene 2016

La motivación: el mejor plan de negocios

Cuando se habla de aumentar la motivación de los empleados de una empresa, siempre surgen tres palabras claves: el dinero, la promoción interna y el reconocimiento. Éstas son, sin duda, las palancas que más utilizan los empresarios para mantener al talento dentro de la firma y evitar que intente cambiar de aires. El problema es que, en ocasiones, ninguna de estas tres estrategias acaba dando resultados.   Resulta evidente que un buen sueldo ayuda, y mucho. Pero poco puede hacer ante un trabajador que está harto de llevar a cabo un trabajo repetitivo y que no le satisface. Si esa persona tiene talento y cree que es capaz de aportar mucho más, es muy probable que acabe buscándose la vida en otra corporación, que sea capaz de colmar sus ambiciones.

La promoción tampoco es un mantra infalible.

El problema es que muchas veces no vienen acompañada de nada real. Solo supone un cambio de tarjeta. Pero sin una nómina mayor o una mejora en el grado de responsabilidad dentro de la organización, el trabajador considerará a estas acciones como vacías. ¿Resultado? Se convertirán en estrategias desmotivadoras.   Luego están los reconocimientos. Las palmaditas en la espalda, incluso los premios, pueden convertirse en un factor negativo. Esto ocurre cuando el trofeo o la placa no vienen acompañados de una mejora sustancial dentro del organigrama de la compañía.   ¿Por qué hay veces que los métodos tradicionales de motivación no cumplen su cometido y generan hasta el efecto contrario? Pues porque tienden a ignorar las necesidades psicológicas que realmente son las responsables de elevar o no la motivación de los empleados. Para solucionar esta carencia, desde este blog les proponemos tres vías por las que un emprendedor puede lograr una plantilla comprometida. Eso será sin duda el mejor plan de negocios que pueda elaborar para su pyme.  

Ejercer con sumo cuidado el control en el trabajo

Un individuo siempre busca ser libre. Esta es una máxima que sirve para la vida y, también, para la empresa. Por eso, un emprendedor que pretenda disponer de una compañía en la que exista poca rotación debe permitir a sus empleados ser ellos mismos. Es decir: se tiene que consentir que los trabajadores tomen sus propias decisiones. Así pensarán que están haciendo una labor útil que les aporta algo a ellos mismos. Esto es mucho más motivador que otras acciones que están relacionadas con incrementos salariales. Y es que incluyendo la flexibilidad en la gestión dentro del plan de negocios de la empresa se estará tocando la fibra sensible de las personas. ¿Quién se puede ir de un lugar en el que le dejan hacer su trabajo y en el que le dan libertad para acertar o equivocarse?  

Conectar con los suyos

Otra de las verdades del individuo es que necesita sentirse querido y amado. En cristiano: cada uno busca su lugar en el mundo y la empresa que lucha por motivar a sus empleados debe lograr que la oficina sea ese sitio en el que todo el mundo se siente feliz. Pero cuidado, aquí no hablamos de poner billares, futbolines, salas de masaje y sofás para echarse la siesta. Esto lo dejamos para las tecnológicas americanas tipo Google.

Una pyme española y sus responsables, deben centrarse en algo tan sencillo como preocuparse por su gente.

El trabajador debe sentir que la firma donde pasa media vida no es un ente vacío formado por robots, sino que todos son personas que tratan de conectar entre sí y que se ayudan para salir adelante.   La palabra clave que define esta idea es la de conexión. La mejor noticia que puede tener una persona es que no está aislado. Debe haber conexión con el equipo, con los jefes, con el presidente, con la cultura de la compañía, con el plan de negocio, con los objetivos a largo plazo. Si ese circuito funciona de manera correcta y todos los cables están unidos entre sí, un emprendedor jamás tendrá que preguntarse qué es lo que debe hacer para motivar a los empleados.  

La buena competencia

Cuando se habla de competencia, los empresarios de este país suelen caer en el error de pensar que crear un entorno competitivo entre sus empleados es bueno. Y que pelearse por ser el mejor es bueno y útil para la empresa. Por eso, suelen crear y propiciar entornos donde pisar la cabeza al de al lado para alcanzar la meta, no está penado. Esto es un error muy grave que, por desgracia, es demasiado común en muchas organizaciones.   La única competencia que ayuda es muy diferente a lo que se ha descrito en el párrafo anterior. Se trata de una competencia psicológica. De sentirse capaz de hacer el trabajo.

Es decir se trata de un sentimiento muy ligado con la formación. Tener los conocimientos adecuados es la mejor manera de impulsar los resultados. Es difícil creer en uno mismo y mantener la motivación si no se está en una firma en la que se apueste por la buena competencia de las personas.   Cuando se llevan a cabo estos tres puntos se consigue un éxito mayor que si la gestión de personas de una compañía se rige solo por dinero, promociones y reconocimiento.

Además de más positivas, especialmente en el largo plazo, tanto el control, como la conexión y la competencia tienen otra ventaja. Y es que son estrategias mucho más baratas y fáciles de llevar a cabo.

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