03 jul 2022

Dimisión inesperada del ministro de Economía

El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, dimitió el pasado 2 de julio tras meses de fuertes tensiones dentro de la coalición peronista. El hombre que lideró los acuerdos con los acreedores privados y el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó por Twitter su carta de renuncia en medio de la sorpresa de casi todos.

En ella agradeció al presidente Alberto Fernández su confianza y enumeró los desafíos y logros de su gestión pero sin anunciar los motivos de su dimisión. Sin embargo, diversos medios de prensa han señalado que el exministro le dijo a Fernández que en las actuales condiciones no podía continuar al frente de la conducción económica, entre otras razones porque, además de ser cuestionado sistemáticamente por sectores del peronismo, algunos secretarios de Estado no le respondían políticamente. Como se recordará, el acuerdo con el FMI, aprobado en marzo de este año por el Parlamento, dividió por completo a la débil coalición, con un sector de legisladores del oficialismo que se ausentó de la votación, entre ellos el diputado Máximo Kirchner, el hijo de la vicepresidenta. De hecho, el apoyo de la oposición de centroderecha de Juntos por el Cambio fue fundamental para su aprobación ante el apoyo parcial del oficialismo. El kirchnerismo cuestiona, entre otros, el compromiso de Guzmán de reducir el déficit fiscal para cumplir con las metas acordadas por Argentina con el FMI. Hace apenas una semana, el FMI aprobó la primera revisión del programa de facilidades extendidas por unos 44.500 millones de dólares, correspondiente al primer trimestre de este año, y autorizó un desembolso de 4.010 millones para el país.

Kirchner gana este pulso

El presidente Fernández, muy debilitado tras la salida de uno de los hombres estrella de su equipo, designó al día siguiente a la funcionaria Silvina Batakis, afín a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, como  nueva cabeza del Ministerio de Economía. La economista estuvo al frente de la cartera de Hacienda de la poderosa provincia de Buenos Aires entre 2011 y 2015, cuando gobernaba el peronista Daniel Scioli, y actualmente ocupaba el puesto de secretaria de Provincias del Ministerio del Interior de la Nación. Los retos a los que se enfrenta Batakis son mayúsculos. Argentina  registra una inflación anualizada de 60% y, pese a un estricto control de cambios, no consigue estabilizar sus reservas internacionales ni el precio del dólar. A ello se suma la necesidad de cumplir con las metas acordadas con el FMI.

Cepo a las importaciones

Argentina anunció el pasado 27 de junio medidas para limitar el uso de dólares para pagar importaciones en un contexto de preocupante escasez de reservas y alza de los precios internacionales de los hidrocarburos. Bajo la nueva normativa, las empresas solo podrán acceder al dólar oficial para pagar el equivalente al 105% de sus importaciones del año pasado. Las pymes que importan menos de 1 millón de dólares al año, tienen acceso hasta el 115%. Las empresas que superen esos montos deberán financiar sus compras externas a 180 días o pagar con dólares propios. Ciertos sectores críticos como energía y medicamentos quedan fuera de estas restricciones. La iniciativa, detalló el BCRA, pretende “responder a las necesidades extraordinarias de divisas para atender la importación de energía”, en aras de “sostener el crecimiento económico y el desarrollo de las pymes evitando maniobras especulativas sobre las importaciones”. El endurecimiento de las condiciones de acceso al mercado de cambios para el pago de importaciones ha generado fuerte preocupación entre inversores y empresarios que han alertaron del impacto que tendrá sobre la actividad y la inflación. Además, el anunció disparó la prima de riesgo de Argentina. Los bonos llegaron a caer en la jornada hasta 3% y el riesgo país llegó a estar por encima de los 2.500 puntos básicos, si bien al final de la semana bajó hasta los 2.347 puntos.

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