03 may 2021

Duras negociaciones a la vista para delimitar las fronteras marítimas

Desde que fuesen descubiertos en el Mediterráneo oriental una serie de grandes yacimientos de gas natural, los Estados ribereños de la región se han movilizado para tratar de fijar sus fronteras marítimas lo más de acuerdo posible a sus respectivos intereses. 

El Líbano e Israel están en estos momentos tratando de hacer lo propio y todo indica que las negociaciones no van a ser fáciles. Los libaneses consideran que la frontera marítima con su vecino debe establecerse en la llamada “línea 29”, mientras que Israel estima, por el contrario, que debe fijarse en la “línea 23”. La cuestión no es simplemente semántica, ya  que de triunfar el punto de vista israelí, el Estado del cedro no tendría acceso al yacimiento de “Karish” al estar la citada “línea 23” más al norte. No obstante, a juicio de los expertos ambos vecinos podrían todavía salvaguardar sus intereses económicos respectivos estableciendo la línea de demarcación de tal modo que el yacimiento off-shore “Karish” cayese en aguas territoriales israelíes y el otro gran yacimiento, recientemente bautizado como “Caná”, lo hiciera en aguas territoriales libanesas. Sin embargo, la solución puede no ser tan sencilla ya que hay un tercer actor en escena y éste es nada menos que Rusia, a quien el gobierno sirio de Bashar el Assad ha concedido una licencia de explotación en la parte sur de sus aguas territoriales en el Mediterráneo, una zona cuya delimitación tampoco está clara ya que, según las autoridades libanesas, se solapa con sus propias aguas territoriales.

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