23 oct 2022

El frío, nuevo aliado de Moscú

Rusia está respondiendo a los avances del ejército ucraniano sobre el terreno con ataques por el aire que tienen como objetivo destruir las infraestructuras energéticas justo a las puertas del invierno.

Lo hace a través del uso de misiles y drones suicidas procedentes de Irán. Los ataques ya han dañado cerca del 40% de la red eléctrica ucraniana, cientos de gasoductos, canales de agua y todas las refinerías. El suministro de gas se ha reducido notablemente ya que las reimportaciones procedentes de la UE han dejado de fluir como consecuencia de la crisis energética del bloque comunitario. El carbón, otro de los combustibles más usados en Ucrania, también escasea como consecuencia de la paralización de la actividad extractiva en las dos principales minas del país. El asedio energético de Rusia junto a la firma de una ley marcial en los cuatro territorios ucranianos anexionados por Moscú (Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk) muestra un cambio de estrategia militar por parte del Kremlin tras cosechar numerosos fracasos durante los meses anteriores.

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