18 sep 2022

Escalada militar

Más de 200 soldados han muerto en un nuevo repunte de las hostilidades entre Armenia y Azerbaiyán por el control de la región de Nagorno-Karabaj o Alto Karabaj.

Se trata del estallido militar más violento desde que se pusiese fin a la Segunda Guerra de Nagorno-Karabaj que tuvo lugar hace ahora dos años. Entonces, el enfrentamiento se saldó con un resultado muy positivo para Azerbaiyán quien, gracias al apoyo de Turquía e Israel, logró recuperar gran parte del territorio en disputa. Rusia, por su parte, tuvo un papel fundamental para poner fin a la violencia, acordar la firma de un alto al fuego y, de paso, aumentar su influencia en el Cáucaso. Ahora, el contexto en el que se han desatado las hostilidades es muy distinto ya que Rusia tiene concentrados sus esfuerzos en la guerra en Ucrania donde, últimamente, las tropas rusas están sufriendo importantes derrotas. De hecho, Armenia habría solicitado la asistencia militar a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO, por sus siglas en inglés) de la que es miembro para frenar los ataques azerís. Sin embargo, la organización militar liderada por Moscú no habría respondido incumpliendo una vez más el principio de defensa colectiva al que se comprometen todos los participantes. El ministro de Exteriores de Rusia, Dimitri Peskov, ha asegurado que Putin estaba personalmente trabajando para facilitar una desescalada de las tensiones. Ciertamente, los combates parecen haberse calmado en los últimos días pese a que la situación aún es extremadamente frágil.

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