Escasea el material militar

Desde que el pasado otoño se produjese el avance ucraniano, la guerra se encontraba en fase de estancamiento sin que ninguna de las partes hubiese conseguido apenas logros territoriales. Los ataques durante este invierno se han concentrado en el uso de misiles por parte de Rusia que tenían como objetivo atacar las infraestructuras estratégicas y dejar a Ucrania sin abastecimiento energético. A lo largo de estos meses, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha llevado a cabo un tour diplomático en un intento  de afianzar el suministro de armamento de la OTAN a Ucrania. A pesar de la insistencia ucraniana, los miembros de la Organización Transatlántica, por el momento, han rechazado suministrar aeronaves de combate a Ucrania. Se duda acerca de si será necesario hacerlo en un futuro dadas las limitadas capacidades militares del ejército ruso en estos momentos. Se estima que Rusia ha perdido unos 180.000 hombres y cerca de dos tercios de los tanques desde que comenzase la invasión. Además, Moscú podría estar encontrando importantes dificultades para reaprovisionarse de material militar. Algo similar le ocurre a Ucrania que ha consumido la mayor parte de los arsenales de los socios de la OTAN y está poniendo en serias dificultades sus industrias armamentísticas, tal y como reconoció el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en la Conferencia de Seguridad de Múnich.