25 jul 2021

Guerra comercial en marcha

La decisión saudí, adoptada a finales del pasado mes de junio, de considerar los bienes fabricados en las Zonas Económicas Especiales de los seis Estados miembros del CCG como procedentes de terceros países está afectando gravemente al comercio entre los EAU y Arabia Saudí. 

La decisión implica que los citados bienes serán objeto del arancel exterior común, lo mismo que si se tratasen de productos procedentes de un tercer país de fuera del CCG. Aunque hay ZEE en muchos de los Estados miembros del CCG, el más afectado por la medida saudí son los EAU, para quien las ZEE, las primeras de las cuales datan de mediados de los años ochenta, son un pilar esencial de su economía, y que en el Emirato de Dubai cuentan con la de Jebel Ali, la mayor de Oriente Medio con más de 8.000 empresas en prácticamente todos los sectores. La nueva norma saudí establece que para que un bien pueda ser considerado producido en un país miembro del CCG (y por lo tanto estar exento del arancel exterior común), tiene que proceder de una empresa con, al menos, un 10%-25% de su plantilla compuesta por trabajadores nacionales de ese país. Sin embargo, prácticamente ninguna de las compañías extranjeras establecidas en las ZEE de los EAU cumple con este requisito, algo que, por otro lado, no puede ser de otro modo en un país en el que nada menos que el 90% de su población de casi diez millones es de origen expatriado. La decisión saudí está provocando grandes embotellamientos en la frontera común con los EAU, donde se han formado largas filas de contenedores a la espera de que la situación se clarifique. También es un jalón más en el lento pero progresivo deterioro de las relaciones entre dos países que hasta hace bien poco eran firmes aliados. 

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